Narra
Gianna.
Salí de casa y justo
cuando llegaba al sitio donde me había indicado le vi buscarme por todas partes
con la mirada y me acerqué sigilosamente por detrás, intenté ponerme de
puntillas para tapar sus ojos con mis manos pero fue imposible. Era bastante
más alto que yo. Se giró para mirarme y obsequiarme una de sus sonrisas.
- Ya pensaba que no
ibas a venir.-dijo y reí.
- Pensaba dejarte
plantado pero me dabas pena.-contesté dándole un pequeño codazo.
- ¡Oye! –se quejó.
- Era broma.-sonreí.-
¿Dónde vamos a ir? –pregunté curiosa.
- Ah.-dijo levantando
las manos.- Es una sorpresa.
- ¿Por qué tanto
misterio, Styles? –pregunté con mi brazos en jarra, apoyados en la cintura.
- Para una vez que me
concedes una cita, tiene que ser perfecta.-dijo sonriendo.- Y vámonos, hace
demasiado frío.-Me cogió de la mano y dejé que me arrastrara hacia donde fuera
que me llevara sin oponer resistencia.
Narra
Harry.
Llegamos al
restaurante donde lo tenía todo preparado en diez minutos. Era un pequeño
restaurante de Doncaster, pintoresco y acogedor. El dueño conocía a mi familia
desde hace mucho y por eso, había conseguido que nos lo dejaran para los dos
solos. Entramos y fuimos hasta la mesa preparada, retiré su silla para que se
sentara y deje mi abrigo en la de en frente.
- Ahora vuelvo, voy a
buscar la cena.
- ¿No es para eso
para lo que están los camareros? –dijo soltando una risita.
- Hoy no,
señorita.-sonreí y fui hasta la cocina para coger los platos con la cena ya
lista.- Aquí está, espero que te guste, me ha llevado varias horas en la cocina
esta tarde.-dejé un plato frente a ella y el otro en mi sitio. Me senté y ella
me miraba con los ojos abiertos.- ¿Qué?
- ¿Has cocinado tú?
–asentí con la cabeza y sonrió.
- Y come que se
enfría.
Pasamos toda la cena
hablando y entre risas. Parecía haberse olvidado que estaba con Harry Styles, “el
capullo egocéntrico”, ya que no me hablaba con la misma rudeza y frialdad con
la que lo hacía normalmente y eso me encantaba. Después, la acompañé andando
hasta su casa.
- ¿Sabes? Lo he
pasado bien hoy.-dijo rompiendo el silencio.- Creo que podría romper la regla
de los dos segundos alguna vez más.-sonreí.
- Eso me gusta.
Mucho.-ahora sonreía ella, casi habíamos llegado a su casa.
- Pero hay algo que
no entiendo, Harry.-estábamos en la puerta ya, se colocó frente a mí.- ¿Por
qué…?-no la dejé acabar.
- Ni yo mismo lo
sé.-sonreí encogiéndome de hombros.- Nunca me había pasado nada así pero me
gusta esta sensación.-Ambos nos quedamos mirándonos en silencio para soltar una
risita después.
- Nos vemos el lunes,
Haz.-se acercó para besar mi mejilla y esperé a verla entrar en su casa.
Narra
Taylor.
No lo podía creer.
Las imágenes reveladas en aquel video no paraban de dar vueltas dentro de mi
cabeza y se estaba volviendo insoportable. ¿Por qué lo hacía? Después de que yo
dejara atrás todos mis miedos para estar con él, él me demostraba ser como
todos los demás.
El sonido del timbre
hizo que pegara un leve brinco del sofá. Pensé que serían mis padres pero al
girar el picaporte me di cuenta de que estaba equivocada. Me encontré con él,
mirándome con sus ojos marrones, sonriéndome. Se acercó a besarme pero aparté
bruscamente la cara. Él me miró extrañado, con el ceño fruncido.
- ¿Tay? ¿Qué pasa?
–preguntó llevando su mano para acariciar mi mejilla. Nuevamente me aparté.
Narra
Liam.
- Estoy segura que le
va a encantar.-dijo Jess.
- Eso espero.
- Ya verás como
sí.-besó mi mejilla y nos despedimos con un abrazo.
Puse rumbo a casa de
Tay para darle una sorpresa y, de paso, mi regalo. Iba feliz, tarareando una
canción mientras andaba. Me llevó unos quince minutos llegar hasta la puerta de
su casa y sin pensarlo dos veces, presioné un par de veces el timbre. Unos
segundos después, me abrió, fui a besarla pero se apartó.
- ¿Tay? ¿Qué pasa?
–dije extrañado. Quise acariciar su mejilla pero volvió a alejarse.- ¿Te pasa
algo? –repetí.
- Te crees muy listo,
¿no? –la miraba con el ceño fruncido. No entendía absolutamente nada.-
- Tay no sé de qué
hablas, yo solo venía a…
- A nada, Liam. ¿Por
qué no vuelves con Jessica? Parecía que lo estabas pasando bien.
- ¿Qué? –cada vez
estaba más sorprendido.
- Que no soy tonta,
Liam. Me estás engañando con Jessica, lo he visto.
- Eso no es verdad,
nunca lo-me interrumpió.
- No quiero saber
nada más de ti. Gracias por ser como el resto de tíos del mundo.-y cerró la
puerta en mis narices, sin darme tiempo a decir nada más.
Narra
Rebecca.
- Con que a Irlanda,
¿eh? –pregunté.
- Claro.-dijo
asintiendo con la cabeza.- Es un sitio precioso, te encantaría.
La verdad es que la
idea de pasar unos días junto a él era el mejor plan que podría tener para las
vacaciones de Navidad. Pasamos el resto de la tarde tumbados en el sofá cuando
el sonido de las llaves entrando en la cerradura interrumpieron. Entró mi
hermano el primero y subió directamente las escaleras dejándonos escuchar un
portazo después.
- Qué agradable
es.-susurré soltando una risita. Después entraron mis padres.
- Hola.-saludó mi
padre.
- Hola Niall, no
sabía que estabas aquí.-dijo mi madre, ambos nos levantamos del sofá y él los
saludó: con un apretón de manos a mi padre y un pequeño abrazo a mi madre.
- Creo que debería
irme.
-Puedes quedarte a
cenar si quieres.-ofreció mi madre.
- Gracias pero mi
madre me está esperando.-sonrió y ambos fuimos hasta la puerta.- Ya sabes, ve
preparando el terreno para lo de Irlanda.-me dijo bajito. Reí.
- ¿Y por qué no te
quedas a cenar y se lo dices tú? –dije divertida.
- Aún queda más de un
mes.-dijo repitiendo mis palabras de hacía un momento.
- Cobarde.-
- No me vas a
picar.-me sacó la lengua.- Hasta el lunes preciosa.-besó mis labios levemente y
volví al salón.
Narra
Zayn.
- ¿Qué tal ha ido esa
búsqueda del regalo? –Le pregunté asomándome a la ventana. Escuché sus risas
que me hicieron sonreír.
- Luego dices que no
me espías, Malik…-contestó señalándome con el dedo.
- Solo estaba
esperando a que llegaras para irnos a cenar, porque sigue en pie esa cena en tu
casa, ¿no? –asintió con la cabeza. Cogí mi chaqueta y me la puse antes de salir
y acercarme a ella.- Hola.-sonreí antes de besarla.
Agarró mi mano y
caminamos unos pasos hasta su casa. Llamó al timbre y su madre en seguida nos
abrió. Se parecían mucho: tenían los mismos ojos azules.
- Hola mamá.-la
saludó con un beso en la mejilla.
- Y tú debes ser
Zayn, ¿no? –preguntó ella.
- Encantado, señora
Bolton.-contesté educadamente tendiéndole la mano.
- Nada de señora,
solo Jane.-sonrió e hizo un gesto con la cabeza indicándonos que entráramos en
casa.
Al principio me costó
un poco entablar conversación debido a mi timidez y mi poca gracia para
integrarme con gente desconocida pero la madre de Jess era una mujer muy amable
y en seguida consiguió hacerme sentir cómodo en aquella situación, dando lugar
a una cena bastante entretenida.
Narra
Jessica.
- Recuérdame que no
te espere más para ir a clase.-dije cuando llegó a mi lado.
- ¿Por qué? –preguntó
poniendo cara de inocente. Reí.
- Porque eres un
dormilón que me va a hacer llegar tarde.-respondí.
Cuando llegamos ya
estaban todos en clase y no me dio tiempo ni siquiera a ir a saludar a las
chicas porque el profesor entró justo detrás de nosotros. Las tres primeras
horas se hicieron bastante largas y cuando llegó la hora del recreo salimos
todos a reunirnos, como era habitual, en la cafetería.
- Claro que lo eres.
- Que no.-discutían
bromeando Bec y Nialler.
- ¿Qué pasa aquí?
–pregunté sentándome sobre las rodillas de mi chico.
- Que mi novio es un
cobarde que no se atreve a pedirle a mi padre que me deje ir con él a Irlanda
unos días.-contestó ella.
- Uh, eso no nos lo
habías contado.-dije yo.
- Necesitamos una charla
de chicas.-dijo Gia.- Tenemos mucho que contarnos.-En seguida, Bec y Des
apoyaron la idea asintiendo al igual que yo.
- ¿Esta tarde en mi
casa? –propuso Des.
- Claro.
- Perfecto.
- ¿Tú qué dices, Tay?
–pregunté yo, pero la noté algo distante.
- No sé cómo tienes
la poca vergüenza de dirigirme la palabra.-dijo y se levantó rápidamente para
salir con sus cosas de la cafetería. Todas nos miramos sin entender nada. ¿Se
puede saber qué había hecho?
Narra
Louis.
- Bueno, cuéntame
compañero, ¿qué tal ha ido con Gia? –pregunté a Harry pasando un brazo por sus
hombros mientras subíamos de vuelta a clase.
- Creo que todo va
viento en popa.-sonrió.- Conseguí que me diera una cita.
- Así me
gusta.-palmeé su hombro derecho. Nos sentamos en nuestro sitio de siempre.
- ¿Y tú qué? ¿Algo
nuevo con Des? –sonreí inconscientemente.- Y no me digas que no, acabas de
delatarte tú mismo.
- Ha dejado a Mark y
nos hemos besado.-dije sin apartar la vista de ella. Estaba hablando con Gia
cuando nuestras miradas se cruzaron y me dedicó una sonrisa, a lo que sonreí
también.
- ¿Me estás
vacilando?
- En absoluto.
- ¿Estáis juntos?
- Claro que no, no me
va a poner las cosas fáciles, no después de lo que hice.-expliqué.
- ¿Por qué nos
habremos fijado en dos chicas que nos hacen la vida tan complicada? –dijo Harry
riendo.
- Porque son
increíbles.
Narra
Destiny.
- ¿Me perdí muchas
cosas el viernes pasado? –le pregunté a Gia. Inmediatamente ella se sonrojó.-
Uh, ¿qué pasó? Solo te sonrojas cuando ligas con alguien.
- No creo que este
sea el mejor sitio para contártelo.-dijo bajito y sonrió levemente, giré la
cabeza para encontrarme con Harry y Louis pasando por nuestro lado.
- Espera, espera,
¿Harry y tú…? –insinué y sus mejillas se volvieron más rojas aún.- ¡Ah! –chillé
emocionada, quizás demasiado.
- Señorita Miller ya
sé que la apasiona la literatura pero intente ser menos escandalosa.-me regañó
el profesor entrando por la puerta. Gia rió.
- Tienes que darme
todos los detalles.-le pedí a lo que ella asintió.
Narra
Niall.
- Hasta mañana,
cobarde.-dijo Bec a modo de despedida, antes de besarnos.
- Hasta mañana,
fea.-contesté.
- A las siete en mi casa.-dijo
Des y las demás asintieron. Bueno, a excepción de Tay que no sabíamos dónde se
había metido. Me despedí de Zayn y Liam y Des y yo empezamos a andar, como
todos los días.
- Uy, mira quién va
por ahí.-dije.- Tu Romeo.-señalé la cera de en frente.
- Cállate.-recibí un
pequeño golpe en el brazo.
- ¿Quieres que me
vaya y os dejo solos? –dije para chincharla.
- Claro que no
idiota.-dijo sacándome la lengua.- Además, no cambiaría mis paseos de vuelta a
casa con mi duendecillo por nada ni nadie.
- Oh, qué bonito te
ha quedado eso, pequeña mariposa.-dije dramatizando casi llegando a mi casa.
- Hasta mañana,
tonto.-dijo abrazándome.
- Que se os de bien
esta tarde, no cotilleéis mucho.
- Te criticaremos a
ti el que más.-dijo andando calle abajo mientras reía y entré en casa.
¡Hola chicas! Sé que debería haber subido antes porque ya llevo una semana de vacaciones pero, sinceramente, la semana pasada con los nervios del concierto no se me ocurría nada bueno para el capítulo. Aún así, no me convence mucho pero bueno, espero que os haya gustado aunque sea un pelín. Subiré pronto, lo prometo.
Love,
Sarai.