Narra
Zayn.
Llevaba toda la tarde
sentado en el escalón de mi casa, fumando algún que otro cigarrillo, mirando la
gente pasar.
- ¡No corráis niñas!
–escuché gritar a mi madre y seguidamente la puerta se abrió, me levanté para
dejar paso a mis dos hermanas pequeñas que salían de casa corriendo.
- ¡Hola Zayn! –me
saludaron las dos al pasar por mi lado.
- ¿Dónde vais?
–pregunté.
- Al parque de allí.-
Waliyha señalaba con el dedo calle abajo.- Mamá nos ha dado permiso.
- Está bien. Cuida de
Safaa.-ella asintió con la cabeza a modo de respuesta y volvieron a salir
corriendo, haciendo que una chica que pasaba por allí se tambaleara y de no
haber sido porque llegué rápido a su lado y la sujeté por detrás, hubiera caído
al suelo.
- Uf, gracias, has
salvado a mi trasero de dar en el suelo por segunda vez en el día.-dijo riendo.
- De nada.-contesté
dejando de agarrarla.
- Te debo una.-dijo
mirándome.
- No-no es nada.-me
quedé impresionado por sus ojos. ¿Cómo podían ser tan azules?
- Tengo que
irme.-dijo y tras andar unos pasos, la vi meterse en la casa de al lado.
Volví a mi casa,
entré en vez de quedarme fuera y subí a mi habitación. Puse música mientras
terminaba de colocar algunas cosas que faltaban. Me tumbé en la cama después y
cerré los ojos. No sabía por qué extraña razón no podía quitarme de la cabeza
ese par de ojos azules que había visto minutos antes.
Narra
Taylor.
- Podíamos ir al cine
mañana, ¿no? –dije mientras andábamos por la calle los cinco. Rebecca, Gia y yo
por delante, y Destiny y Niall detrás.
- Me parece buena
idea.-me apoyó Gia.
- Por mí vale, ¿cuál
podemos ver? –dijo Des.
- ¡Una de miedo!
–gritó en seguida Niall.
- No, me niego a ver
una de miedo.-dijo Becca.
- Miedica.-le dijo
Nialler.
- Yo voto por una
comedia.-sugerí.
- Eso, ¡risas y más
risas! –dijo Des.
- Yo también voto por
la comedia.-dijo Gia.
- Y yo.-Rebecca.
- Ag, vais todas
contra mí.-dijo Niall cruzándose de brazos.- Pero está bien, todo sea por mis
chicas.-y todas nos paramos para abrazarle.- Eh, eh, parad, me estáis
agobiando.
- ¿Cuándo te verás en
otra así, eh? Rodeado de chicas guapas.-dijo Gia dándole un codazo y todas
reímos.
- Sois vosotras las
suertudas, os tienen envidia por estar conmigo.-dijo Niall.
- Oh no, por favor,
dile a tu ego que se vaya.-dije yo haciendo gestos con las manos y volvimos a
reír.
Seguimos andando
hasta que los caminos se dividían.
- Mañana nos vemos
entonces.-dijo Becca, despidiéndose de los demás.
- Hoy no os acompaño,
me voy con Des.-dijo Gia.
- Vale, vale, nos
abandonas.-dije yo haciendo que me enfadaba.
- Anda tonta, si
sabes que te quiero.-me abrazó y reí.
- Hasta mañana y encantada,
Des.-dije.
- Igualmente.
- Adiós chicas.-se
despidió Niall y Becca y yo andamos hasta nuestra casa mientras los otros tres
caminaban en dirección contraria.
Narra
Niall.
Salimos del Starbucks
y me quedé un poco retrasado con Des, hacía mucho que no nos veíamos y tenía
ganas de hablar con ella. Pasé un brazo por sus hombros y ella sonrió.
- Ay Nialler, ¡cuánto
te echaba de menos! –dijo.
- Y yo a ti,
Des.-dije.- Por cierto, he oído por ahí que has ligado este año en Londres.
- Juro que algún día
la mato.-dijo señalando con un movimiento de cabeza a Gianna. Reí.- A saber qué
te habrá contado.
- Pues eso, que
habías ligado. Pero yo prefiero oír tu versión.
- Es una tontería. Se
llama Mark, tiene 20 años, era vecino de mi padre, por eso le conocí.
- Ah, o sea que
encima mayor, independizado.-dije.- Buena elección, Des.
- No seas idiota, qué
elección ni que nada, no ha pasado
nada entre nosotros, simplemente salíamos por ahí los fines de
semana.-contestó.
- ¿Ni siquiera un
besito? –pregunté divertido, poniendo morritos. Ella rió negando con la cabeza.
- Eso no te lo voy a
contar, duendecillo.
- O sea, que si ha
habido beso.
- Te quedarás con la
duda.-me sacó la lengua.- ¿Y tú qué?
- ¿Qué de qué?
–pregunté.
- Que si ya te has
decidido a decirla algo.-dijo algo más bajito.
- Aún no.-
- ¿Y a qué esperas?
¿Voy a tener que organizarte yo la cita?
- Ni se te ocurra,
Des.
- No lo haré, pero,
échale narices y díselo de una vez. Llevas coladito por ella desde hace mucho.
- ¿Y si ella no
siente lo mismo? –Ése era el mayor miedo que tenía, por eso no había dicho nada
todavía.
- ¿Y si ella no
siente lo mismo? –repitió haciéndome burla.- Si no preguntas, no obtienes
respuesta, Nialler.
- Podíamos ir al cine
mañana, ¿no? –dijo Taylor, interrumpiendo nuestra conversación.
Y empezamos una
discusión sobre qué película veríamos, seguida de un abrazo y unas cuantas
chorradas más. Después, nos despedimos de Becca y Tay y nosotros tres seguimos
andando.
- Ahora seré yo la
que te acompañe siempre.-dijo Des riendo cuando llegamos a la puerta de mi
casa.
- Cierto, como te has
mudado.-dije. Antes vivía un par de calles antes que yo, ahora su casa estaba
unas cuatro calles después.
- Mañana nos
vemos.-dijo Gia y nos despedimos.
Narra
Jessica.
- Uf, gracias, has
salvado a mi trasero de dar en el suelo por segunda vez en el día.-dije sin
poder evitar soltar una pequeña risa.
- De nada.-contestó
una voz masculina quitando las manos de mi cintura, por donde me había
agarrado.
- Te debo una.-dije
mirándole. Me encontré con un chico de piel algo morena, con ojos oscuros con
unas pestañas impresionantes y el pelo negro, con un pequeño tupé.
- No-no es nada.-dijo
él. Parecía algo serio.
- Tengo que
irme.-dije rápidamente. Y sin decir nada más, anduve hasta mi casa.- Ya estoy
aquí, mamá.-grité.
- Estoy
arriba.-contestó mi madre y subí en seguida las escaleras para buscarla. Estaba
en mi habitación, dejando algunas cosas sobre el escritorio.- ¿Dónde estabas?
- Salí a dar una
vuelta, necesitaba tomar un poco el aire.-respondí sentándome en la cama.
- ¿Qué te ha parecido
la ciudad? –me encogí de hombros.
- No está mal. No es
Liverpool pero creo que podré acostumbrarme.-
- Ya verás como sí.
Además, en una semana empezarás las clases, seguro que haces amigos en seguida.
- Parece mentira que
no me conozcas mamá. Sabes lo tímida que soy.-mi madre me miró y sonrió.-
- Gracias cielo.-me
dijo tras unos minutos en silencio y la abracé.
- No se dan mamá, ya
verás como todo va a ir bien.-
Mi padre nos había
abandonado a principios de este verano y yo había tenido la idea de mudarnos de
ciudad. Así no tendríamos la posibilidad de cruzarnos con él por la calle y
cambiar de aires nos vendría bien. Podríamos empezar de nuevo. Una nueva vida.
Sin él.
Narra
Louis.
Seguíamos mirando por
la ventana. ¿De verdad era ella? No la recordaba así. La última vez que la vi
fue en el instituto, cuando terminó el curso y después supe que se había mudado
a Londres. A mi cabeza venía su imagen de niña inocente, con su pelo rubio a la
altura de sus hombros que muchas veces llevaba recogido en una coleta y siempre
estaba sonriendo, menos aquel día. Sí, el día de la apuesta, cuando la besé y
la dejé allí plantada después de que Harry saliera de su escondite, fue el
único día que la vi triste. Nos conocíamos desde niños, habíamos jugado miles
de veces juntos pero todo pasó a simplemente saludarnos cuando entramos al
instituto y desde el día de la apuesta, no habíamos vuelto a hablar, algo
normal después de lo que yo había hecho, sé que me comporté como un capullo,
era un niñato, todo hay que decirlo pero desgraciadamente me di cuenta de ello
tarde, cuando ya no tenía remedio.
- ¿Estás seguro de
que es ella? –le pregunté de nuevo.
- Que sí, que pesado
eres, tío.-dijo.- Pero si tanto interés tienes en saberlo, ¿por qué no bajamos
a comprobarlo?
- Es que no sé,
parece tan cambiada desde la última vez que la vi.-dije.
- Normal, se fue hace
un año, las chicas cambian con rapidez.-dijo haciéndose el interesante.
- ¿Y desde cuándo
sabes tú cómo cambian las chicas? –dije riendo.
- Estás hablando con
un experto, Tommo.
- Calla anda.
- ¿Vamos? –preguntó.
- Vamos,
anda.-salimos de la habitación y bajamos por las escaleras.
- Oye.-empezó a hablar
mientras atravesábamos el salón.- ¿Desde cuándo te interesa tanto Destiny? -¿A
qué venía esa pregunta?
- ¿Qué? No me
interesa, es solo que está cambiada.-dije rápidamente abriendo la puerta de
casa. Ahí seguían las dos hablando sentadas en el escalón de la puerta.
- Vale, vale, era
solo curiosidad.-dijo y nos acercamos a ellas.
No se percataron de
nuestra presencia hasta que Harry habló y nos miraron algo sorprendidas las
dos. Pude comprobar que aunque pareciera que había cambiado, había algo que
seguía exactamente igual que siempre: sus ojos verdes.
Narra
Gianna.
Decidimos quedarnos
sentadas en la puerta de su casa, en los escalones. Hacía buen tiempo y nos
gustaba charlar mientras disfrutábamos del sol del verano.
- ¿Entonces nada de
nada? –pregunté otra vez.
- Te he dicho ya mil
veces que no.-rió.- Bueno…
- Bueno, ¿qué?
Suéltalo ya o sufrirás las consecuencias.-dije poniendo mi dedo sobre mi
cuello, haciendo como si fuera un cuchillo que pasaba por él.
- Está bien, de
acuerdo.-dijo.- Hubo un beso.-hizo una pausa, yo la miré esperando a que
continuara.- El día de antes de venirme.
- Aw, ¡que envidia me
das! Encima un chico maduro, guapo, inteligente. ¡Eres una suertuda! –dije
dándola en el brazo.
- Eh, no somos nada,
solo fue un beso. Además no sé cuando volveré a verle.
- Pues fácil, cuando
vayas a pasar un fin de semana con tu padre.
- ¿Y qué clase de
relación podríamos tener viéndonos cada quince días?
- Una como las de las
pelis románticas.
- No seas
tonta.-reímos.-
- ¿No lo intentarías?
–pregunté.
- No lo sé, no creo
estar.-
- ¿Qué tal el verano,
chicas? –nos interrumpió una voz.
Levantamos la vista
para toparnos con ellos dos, de pie, frente a nosotras. Nos levantamos.
- ¿Qué haces aquí,
Styles? –pregunté de mala gana. Odiaba su comportamiento.
- Ser educado y
saludar a mis amigas.-contestó él. Já, Styles, no me hagas reír. Somos
solamente compañeros de clase, y porque no hay más remedio.
- ¿Amigas? ¿Desde
cuando somos amigos? –respondí.
- Nos conocemos desde
siempre, desde que éramos enanos.
Narra
Harry.
Llegamos donde
estaban ellas, charlando animadamente, sentadas en el escalón. Hablé para que
se dieran cuenta de que estábamos allí.
- ¿Qué tal el verano,
chicas? –pregunté divertido. Se levantaron, quedando frente a nosotros.
- ¿Qué haces aquí,
Styles? –dijo Gianna. Siempre me llamaba por el apellido. Digamos que no nos
llevábamos demasiado bien.
- Ser educado y
saludar a mis amigas.-
- ¿Amigas? ¿Desde
cuando somos amigos?
- Nos conocemos desde
siempre, desde que éramos enanos.- Era cierto, los cuatro nos conocíamos desde
que tengo uso de razón pero al entrar al instituto las cosas cambiaron y prácticamente
dejamos de hablarnos, excepto para hablarnos de mala gana.- Claro que has
cambiado mucho desde entonces.-dije mirándola rápidamente de arriba abajo.-
Sobre todo en este verano, estás muy bien, Swan.
- Siento no poder
decir lo mismo de ti, Styles.-Ya se había picado. Siempre acabábamos así.
- Serás la única que
piensa así al parecer.-sonreí pícaro y ella bufó.- Y podría hacerte cambiar de
opinión.
- Antes muerta,
Styles.-
- Vamos dentro mejor,
Gia, nos han estropeado la tarde.-dijo Des, que hasta entonces se había
mantenido callada al igual que Louis.
- Sí, mejor.-se
dieron la vuelta, para entrar en la casa.
- ¿Qué tal por
Londres, Des?-habló Louis.
- Bien, ¿sabes? Allí
no hay niñatos como aquí.-contestó bastante seca.
- ¿Vas a seguir
enfadada para toda la vida por lo que pasó? –preguntó él. Ella no contestó y
abrió la puerta de su casa.
- Gianna, ya sabes
donde encontrarme, si te apetece cambiar de parecer.-conseguí decir antes de
que entraran, la guiñé un ojo cuando me miró y ella como respuesta, levanto el
dedo corazón en dirección mía.
Narra
Destiny.
- ¡No le soporto más!
–dijo Gia cuando entramos en casa.- Me saca de quicio.
- Tranquilízate y
pasa de él. –dije sentándome en el sofá.
- Estoy deseando
terminar el instituto y perderle de vista, en serio.-se sentó a mi lado.-
Gianna, ya sabes donde encontrarme.-dijo imitando su voz.- Idiota.-murmuró. Yo
reí.- ¿Qué tiene tanta gracia?
- Nada, nada.-dije
intentando no reír.- Pero anda, cambiemos de tema, mejor.
- Ibas a decirme algo
cuando esos nos interrumpieron. Sobre Mark.
- ¿El qué? No lo
recuerdo.
- No te hagas la
tonta. Sobre tener una relación con él. Dijiste que no estabas segura, ¿por
qué? ¿no te gusta?
- Claro que me gusta.
Es solo que.-no acabé la frase, volví a pensar en el encuentro de hace un
momento. En él.
- Oh, no. Conozco esa
mirada.-dijo.- ¿No me digas que sigues enamorada de Louis?
- ¿Qué? –grité.- No,
claro que no.
- ¿Segura? –preguntó mirándome
con una ceja levantada.
- Sí, segurísima.-
Mentira.
- Recuerda lo que te
hizo, se comportó como un capullo.
- Lo sé.-agaché la
cabeza.
- ¿Quieres un consejo?
- Claro,
dime.-sonreí.
- Yo lo intentaría
con Mark, quizás ahora no estés enamorada de él, pero puedes llegar a estarlo
con el tiempo.
- Puede que tengas
razón.-nos abrazamos.
Nos quedamos un rato
más hablando hasta que mi hermana pequeña y mi madre llegaron. Pedí a Gia que
se quedara a dormir en casa y después de llamar a sus padres para pedirles
permiso, cenamos y subimos a mi habitación a ver una película, a la que se nos
unió la pequeña de la casa.
Narra
Liam.
Volví a casa después
de despedirme de Jessica. Era una chica muy simpática, lo había pasado muy bien
con ella aquella tarde y también era muy guapa, por qué no decirlo. En casa mis
hermanas seguían enfadadas con mis padres por tener que estar allí, así que la
cena transcurrió en absoluto silencio. Cuando terminamos, subí a mi habitación.
No me apetecía mucho estar en el salón con los demás soportando las malas
caras.
Al día siguiente,
bajé a desayunar, encontré a mi madre haciendo tostadas en la cocina, a mi
padre leyendo el periódico y a mis hermanas de un humor bastante mejor que el
de la noche anterior. Cosa que me sorprendió mucho.
- Buenos días.-dije
entrando en la cocina.
- Buenos
días.-contestaron todos.
- ¿Y ese cambio de
actitud? –las pregunté.
- Volvemos a
Wolverhampton.-contestó Ruth.
- ¿Y eso? ¿Te han
cambiado en tan poco tiempo el destino en el trabajo? –pregunté a mi padre.
- Volvemos solo
nosotras.-dijo Nicola.
- Bueno, tú también
puedes volver, si quieres.-dijo mi madre.
- Irán a vivir con
los abuelos, no tiene mucho sentido que se queden aquí y estén con caras
largas, comprendo que allí tenían su vida.-explicó mi padre.
- Yo me quedo.-dije.
No tenía ninguna razón de peso por la que volver, así que prefería quedarme y
probar a empezar de nuevo.
Seguimos desayunando
y la mañana pasó tranquila colocando todavía las últimas cosas que quedaban y
recogiendo de nuevo todo lo de mis hermanas, que volverían en una semana a
casa.
Estaba aburrido, así
que después de comer, la mandé un mensaje.
“¿Te apetece salir a
dar una vuelta? Liam xx”
Al rato, contestó,
afirmativamente.
“Te espero en media
hora en el lugar del choque”
Envíe como respuesta
y subí a vestirme para llegar a tiempo al lugar acordado.
Narra
Rebecca.
Nos despedimos de los
tres y Tay y yo andamos hasta su casa, que estaba antes que la mía. Me despedí
también de ella y quedé en pasarla a
buscar e ir juntas hasta el centro comercial. Así por lo menos no sería yo sola
la que llegara la última.
Cuando llegué a casa,
mi padre y mi hermano mayor estaban discutiendo. ¿Para qué variar? Pensé. Los
saludé y me puse a ayudar a mi madre a preparar la cena. Después subí a mi
habitación y encendí el ordenador. Estuve un rato mirando cosas por internet
hasta que me quedé dormida.
Al día siguiente, en
cuanto terminé de comer, subí a arreglarme. Esta vez intentaría no llegar
tarde, y no hacer llegar tarde también a Taylor. Me llevó menos tiempo de lo
habitual elegir la ropa y después de coger lo esencial, salí en dirección a
casa de Tay.
- Vaya, creo que hoy
no seremos las últimas.-dijo sorprendida de verme cinco minutos antes de la
hora acordada en su casa.
- Me he propuesto
hacerme puntual.-comenté y ella rió.
- Eso está muy bien.
Dame dos minutos y nos vamos.-
- De acuerdo.
Al ratito bajó ya
lista y nos fuimos. Andamos unos quince minutos hasta llegar al centro
comercial. Nos acercamos donde estaban ya los demás. Saqué el móvil para mirar
la hora. Tres minutos antes de la hora a la que habíamos quedado.
- ¿Vosotros que pasa,
que llegáis siempre media hora antes? –dije haciéndolos reír.
- Se saluda primero,
Bec.-dijo Des.
- Da igual a la hora
que quedemos y que llegues justo, siempre serás la última.-dijo Niall.
- Dais asco, “señores
puntualidad” –dije.
- ¿Habéis visto ya
qué pelis hay de comedia? –preguntó Tay después de saludarlos.
- Ya la tenemos
elegida.-dijo Gia.
- Guay, vamos
dentro.-
¡Hola chicas! Aquí tenéis el segundo capítulo, espero que os haya gustado y que dejéis tantos comentarios como en el anterior. Sois geniales, en serio, muchísimas gracias por leer. Intentaré subir lo antes posible. Ah y cualquier duda, pregunta, sugerencia me lo decís por comentario o por twitter que os contestaré encantada.
Love,
Sarai.