Capítulo Cuarenta y Cinco: Nada que hacer.

Narra Taylor.

Pasaron solamente un par de minutos desde que vimos el cartel que nos daba la bienvenida a Wolverhampton hasta que el padre de Liam aparcó el coche en una de las calles de la ciudad, frente a una casa de dos pisos con una fachada de ladrillos.

-¿Lista? –me preguntó él en cuanto sus padres salieron del coche. Negué con la cabeza.- Estoy seguro de que les vas a encantar.-me sonrió intentando transmitirme algo de tranquilidad y besó mi mejilla.- Vamos.

Ambos salimos del coche pero ni nosotros ni sus padres se molestaron en coger las maletas, supuse que luego lo haríamos, lo primero era saludar a la familia. Me cogió de la mano y entrelazó sus dedos con los míos, la apretó ligeramente y volvió a sonreírme antes de que su madre llamara al timbre y dos chicas aparecieran prácticamente al momento tras la puerta. Abrazaron a sus padres y después, a su hermano.

-Enano, se te echa de menos.-dijo una de ellas para después besar la mejilla de Liam.

- Tú debes de ser Taylor, ¿no? –dijo la otra, llegando hasta donde me encontraba yo.- Este chico no para de hablarnos sobre ti.-comentó, sonreí levemente.

- No creas ni una palabra de lo que te diga.-dijo Liam entrando en la casa.

- Oh, claro que sí. Cada vez que nos llama terminamos siempre hablando de la maravillosa novia que tiene.-habló la que primero le había saludado y sus padres rieron.- Soy Nicola.-se presentó.

- Ruth.-dijo la otra.

- Encantada de conoceros.-sonreí y me invitaron a pasar.

Las dos hermanas de Liam tenían ya la comida preparada y la mesa puesta así que, dejamos las maletas para después y nos sentamos a comer. Pasaron toda la comida contándome las cosas que solían hacer de pequeños y Liam no hacía más que pedirlas que pararan de hacerle pasar vergüenza. Por otro lado, yo les pedía que me contaran más, era realmente divertido y lo pasamos muy bien.

Narra Liam.

Después de comer y estar un rato charlando, esta vez de otra cosa que no fuera todos los sucesos que me habían ocurrido hasta cumplir los quince años, decidí llevar a Tay a dar una vuelta por la ciudad.

-Parece que les has gustado.-dije pasando mi brazo por sus hombros.

-Lo raro es que no estén cansadas de mí si hablas tanto sobre mí como dicen.-comentó divertida.

-No lo hago.-mentí.

-Liam.-me miró alzando una ceja.

- ¿Qué?

- Que no seas mentiroso. Te va a crecer la nariz como a Pinocho.-dijo dando un pequeño toque en mi nariz con su dedo. Reí.

- Vale. Lo admito.-dije después de soltar un suspiro.- ¿Pero qué quieres que le haga? Eres lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo.-dije gesticulando con las manos. Volvió a mirarme igual que antes.

-¿Qué acabo de decirte?

-No miento.-besé su pelo mientras seguíamos caminando.- ¿Sabes? Ellas solo te han contado la parte divertida.-me miró frunciendo el ceño. No solía hablar de aquello pero me parecía que era hora de contárselo.- Mi infancia no es que fuera fácil precisamente.-empecé a hablar. Le conté que había nacido con un riñón en mal estado y que en el colegio había sido víctima de bullying.- Pero bueno.-suspiré.- Luego tuvimos que mudarnos a Doncaster y tuve una oportunidad de empezar de cero.-sonreí.- Y te conocí a ti.

- Liam.-dijo abrazándome por la cintura.-

- No hace falta que digas nada, está todo más que superado.-volví a sonreírle.

- Te quiero.-hizo una pausa para mirarme.- Muchísimo.

- Y yo a ti.-juntamos nuestros labios en un dulce beso.

Seguimos caminando unos minutos más, tomamos algo en una cafetería y volvimos a la hora de la cena para reunirnos de nuevo con mi familia.

Narra Gianna.

No me sentía capaz de darme la vuelta y enfrentarme a él. A sus ojos verdes que seguramente me mirarían de tal manera que no podría hacer nada para evitar caer rendida ante él una vez más. Así que opté por no hacerlo, si no cruzaba mi mirada con la suya, conseguiría mantenerme en mi lugar. Caminé hasta la puerta y puse la mano sobre el pomo para abrirla y largarme de allí. Pero no pude.

-Está cerrada con llave.-volvió a hablar.

- Estás de broma, ¿verdad?

-No.-respondió.- No vas a salir de aquí hasta que hablemos.-

-Tú y yo no tenemos nada de que hablar.

-Claro que sí.-sentí su mano cogiendo mi brazo, para hacerme girar sobre mí misma y quedar frente a él.- Déjame que te explique lo que pasó.

- No, Harry.-dije deshaciéndome de su agarre.- No quiero escucharte, no quiero saber nada más de ti, ¿es que no lo entiendes?

- ¡Pero es que yo no hice nada, joder! –gritó haciendo que me asustara. Quedé acorralada entre la puerta y su cuerpo.- ¡No fue mi culpa! –dio un golpe a la pared.- ¿En qué idioma tengo que decirte que fue ella la que me besó? –repitió la acción.-

- Harry, para, te vas a hacer daño.-le pedí. Sus nudillos de la mano derecha estaban ya enrojecidos.

- Por favor, Gia.-musitó.- Tienes que creerme, necesito que vuelvas conmigo, por favor.-susurró agachando la cabeza y pude comprobar como una pequeña lágrima se escapaba de sus ojos.-

Narra Harry.

Después de descargar un poco de la ira que había acumulado estos días, me vine abajo completamente, hasta tal punto que las lágrimas comenzaron a acumularse en mis ojos y no pude contenerlas ni un segundo más.

-Harry yo…-susurró.

-¿Qué pasa? –dije de la misma manera, levanté la cabeza para mirarla a esos ojos marrones que me hacían perder la cabeza.- ¿Es que ya no me quieres? ¿Tan pronto te has olvidado de mí?

- No es eso.-apartó la mirada.

- ¿Entonces qué? Te juro que me pilló desprevenido, no me lo esperaba y reaccioné tarde pero yo te…-me cortó.

- No puedo confiar en ti, Harry. Ya no.-

Con aquellas palabras me dí cuenta de que ya no había nada que hacer, que era tarde. A pesar de haberme mostrado pesimista siempre con los chicos, había una pequeña parte en mi interior que aun tenía la esperanza de recuperarla pero acababa de esfumarse. Me aparté de ella lentamente y saqué del bolsillo de mi pantalón el juego de llaves que Rebecca me había prestado, se lo tendí y lo cogió, intentando no mirarme. Abrió la puerta y cuando la escuché cerrarse, me dejé caer en el suelo a la vez que las lágrimas no paraban de bajar por mis mejillas. 

Cogí el móvil y le envié un mensaje a Louis diciéndole que no había nada que hacer, que gracias por todo, que me iba a mi casa y que por favor ninguno fuera a verme. Quería estar solo, encerrarme en la habitación y no salir de allí hasta que me sintiera con fuerzas suficientes para afrontar la situación.

Narra Jessica.

Louis recibió un mensaje de Harry que nos cortó la diversión que estábamos pasando aquella tarde. Decía que nada había salido como lo habíamos planeado y que se iba a su casa, que lo único que quería era estar solo. Rebecca y yo nos miramos como si hubiéramos pensado lo mismo: Gianna era la que podía contarnos qué había pasado porque estaba claro que Harry no estaba en condiciones de contar nada en ese momento. Los chicos pagaron la cuenta a pesar de que nosotras dos insistimos en pagar nuestra consumición y salimos de allí.

-Yo voy a ver a Harry.-dijo Louis.

-Pero tío, ha dicho que.-dijo Niall.

- Lo sé, pero me da igual. Nos vemos mañana o si no, el lunes en clase.-se despidió de nosotros.

- Suerte, Lou.-le deseé y sonrió levemente antes de desaparecer por el fondo de la calle.

-¿Y ahora qué? Ha salido todo justo al contrario.-se quejó mi novio.

- Podríamos llamar a Gia.-propuso Bec.

- Me parece buena idea.-la apoyé.

- No va a querer hablar con vosotras.-dijo Niall.- Estoy casi seguro.

- Gracias por tu apoyo, Nialler.-dijo irónica Rebecca.- ¿Tienes alguna idea mejor, listillo?

- Sí.-le contestó.- Que la dejemos un poco de espacio.

- Puede que tenga razón.-dije. Ella resopló.

- Está bien, vámonos a casa entonces.-dijo resignada.

Nos despedimos con un beso en la mejilla y cada pareja caminó por su lado.

Narra Louis.

No quería ver a nadie, eso lo había dejado más que claro en el mensaje que me había enviado pero era mi mejor amigo, no iba a dejarle solo por muy cabezota que se pusiera. De camino a su casa, le mandé un mensaje a Des contándole que el plan no había resultado. Llamé al timbre y su hermana Gemma me abrió.

-¿Ha llegado Harry? –pregunté. Ella asintió.

-Se ha encerrado en su habitación.-me contó mientras entraba en su casa.- Deduzco que no ha salido nada bien.-Su madre y ella sabían el plan más que nada porque nos habíamos tirado todas las tardes aquella semana en su casa para hablarlo.

- Voy a hablar con él.-anuncié.

- Ya sabes donde está.-asentí y subí rápidamente las escaleras. Me le encontré igual que esta mañana, tumbado sobre la cama, solo que esta vez podía escuchar los pequeños sollozos que emitía.

- Harry…-le llamé sentándome a su lado.

-¿Qué parte de quiero estar solo no has entendido?

- Soy tu mejor amigo desde que éramos enanos. No pienso dejarte solo.-se hizo el silencio en la habitación.- ¿Qué ha pasado? –me atreví a preguntar. Mi amigo se incorporó dejándome ver sus ojos demasiado enrojecidos y los rastros de las lágrimas derramadas aun por sus mejillas.

- Me quiere.-dijo. Fruncí el ceño sin entender.- Pero no confía en mí.-puse la mano sobre su hombro.- ¿Y sabes qué es lo peor de todo? Que tiene razón. Si no hubiera sido un capullo durante toda mi vida, si hubiera sido como Niall por ejemplo y esto hubiera pasado, me habría creído y confiaría en mí.

- No digas eso. Hace tiempo que dejaste de serlo.

- Pero era ya demasiado tarde. Tengo lo que me merezco, Louis, lo sé pero es que, joder, la quiero tanto.-dijo con la voz quebrada y volviendo a llorar. No soportaba verle así.

Narra Rebecca.

-Creo que voy a llamarla.-anuncié cuando caminábamos hasta mi casa.

- No te vas a quedar tranquila hasta que lo hagas, ¿verdad? –dijo Niall mirándome.

- Es mi amiga y necesito saber cómo está.-expliqué.

- Anda, venga, llámala a ver si te cuenta qué ha pasado entre esos dos.-dijo mientras pasaba su brazo por mi cintura, pegándome a él.

Saqué el móvil del pequeño bolso que llevaba, busqué en los contactos y pulsé el botón de llamada. Un tono, dos, tres. Nada. No me lo cogía. Decidí volverlo a intentar. Un tono, dos y ¡bingo!

-¿Qué quieres Rebecca? –no me gustó para nada su tono de voz. Parecía enfadada.

-Solo quería saber si estabas bien.-dije casi con miedo.

-Oh, sí, estoy genial, ¡estupenda después de que mis amigas me tendieran una trampa! –ahora sí que me quedaba claro que estaba enfadada. Y mucho.

-Gia, no era…nosotras solo queríamos que…-no me dejó terminar.

-Solo queríais que volviera con Harry, ¿no? Pues deberíais aceptar mis decisiones, no confío en él y nunca vamos a volver a estar juntos, ¿queda claro? Dejadme en paz y dejad de meteros en asuntos que no os importan.

-Gia pero es que.-iba a seguir con mi frase cuando me di cuenta de que me había colgado.

Miré a Niall que esperaba que le contara qué había sucedido, negué con la cabeza levemente diciéndole que no había nada que hacer.

Narra Zayn.

Nos despedimos de Bec y Niall y caminamos hasta nuestra casa mientras íbamos charlando un poco.

-Oye, aún hay alguna peli de las que te regalé que no hemos visto, ¿no? –la pregunté.

-Quedan un par de ellas, creo.-contestó.

-Pues, ¿qué te parece si coges la que quieras y la vemos en mi casa? –propuse. Su sonrisa me anunció la respuesta.

-Me parece una buena idea. Ve preparando unas palomitas.-me dijo cuando estábamos casi llegando a mi casa.

- Eso está hecho.-depositó un corto beso sobre mis labios y salió casi corriendo hacia su casa, igual que si fuera una niña de cinco años.

Entré en casa y metí una bolsa de palomitas en el microondas para que se fueran haciendo mientras me deshacía del abrigo y ponía la televisón. No me dio tiempo ni siquiera a subir a mi habitación y cambiar la ropa que llevaba por unos pantalones de chándal y una camiseta ancha cuando sonó el timbre.

-Ya estoy aquí.-dijo enseñándome la carátula de la película. Al parecer, hoy tocaba “Novia a la fuga” de Julia Roberts y Richard Gere.

- Ya lo veo.-reí.- Anda, pasa.

Cogí el cuenco de palomitas de la cocina, lo llevé al salón y subí a cambiarme mientras ella ponía el dvd. Se tumbó en el sofá con la cabeza sobre mis piernas y le dio al play.

-Tú no me dejarías tirado así, ¿no? –comenté cuando la película mostraba cómo Julia Roberts había dejado plantados a tres novios en el altar. Se incorporó rápidamente y me miró. Me eché a reír por la cara que había puesto.- No te estoy pidiendo que te cases conmigo si es por lo que has puesto esa cara. Al menos no todavía.

-Que tonto eres.-dijo dándome un pequeño empujón.

-Si pero no me has contestado.-la miré sonriendo.

-No, no lo haría.

Narra Destiny.

Habían pasado un par de semanas desde que nuestro estupendo plan había fallado y las cosas habían cambiado ligeramente. Gia me había pedido perdón por haberme culpado en un principio de haber ayudado a Harry con su conquista pero lo de dejarla a solas con Harry a la fuerza no le había hecho ninguna gracia así que podíamos decir que se había distanciado un poco de las chicas y yo. Además, hacía una semana más o menos, nos había contado que había empezado a salir con James. Obviamente, no contaba con la aprobación de ninguna de nosotras pero no nos quedaba más remedio que aguantarnos, según ella, era la única manera de intentar olvidarle aunque nosotras sabíamos que no lo iba a conseguir por mucho empeño que pusiera. Por otro lado, los chicos seguían como siempre, estábamos cerca de recuperar al Harry de siempre aunque nos estaba costando más de lo que habíamos podido imaginar, realmente estaba enamorado de ella y eso no se acaba de un día para otro.

-Que mañana es tu cumple, Hazza.-dijo emocionada Jess.

-Yuju.-dijo él sin mucho ánimo.

-Tendremos que hacer algo, ¿no? –preguntó Bec, disimulando. Llevábamos una semana preparándole una pequeña fiesta a nuestro amigo de rizos.

-No tengo ganas de fiestas ni nada, lo sabéis perfectamente así que.-nos apuntó a Tay, Bec, Jess y a mí con el dedo índice.- Nada de sorpresas, señoritas, que nos conocemos.-los chicos se echaron a reír y nos despedimos.

Narra Niall.

Nos despedimos todos en la puerta del instituto, bueno, todos no, Des, Louis, Harry y yo empezamos a andar juntos mientras hablábamos un poco.

-¿Cómo es que te vienes con nosotros, ricitos? –dije revolviéndole el pelo.

-¿Cuántas veces tengo que decirte que mis rizos no se tocan, irlandés? –dijo después de colocarse de nuevo el pelo con un movimiento característico suyo.

-Vale, vale, perdón.-dije divertido.

-Viene a comer con nosotros.-explicó Des.

-Ah, genial, os vais a comer por ahí y no me incluís en el plan.-dije enfurruñándome.

-En realidad, comemos en mi casa.-dijo Louis.- Ya sabes.-me hizo un gesto señalando a Harry.- las gemelas parecen ser una buena medicina.

Llegamos a mi casa, como siempre, la primera parada en su recorrido rutinario. Me despedí con un apretón de manos de Louis y Harry y mi pequeña mariposilla me abrazó como era habitual entre nosotros.

-A las seis, eh.-me dijo después de besar mi mejilla.

-Sí, no te preocupes, está todo controlado.-la dije, Louis y Harry iban ya un poco más adelantados. Harry se giró y nos miró amenazantes a los dos.

- He dicho que nada de fiestas.-ordenó.

-Hasta mañana, Nialler.-volvió a besar mi mejilla y caminó tras ellos, repitió el gesto que yo había hecho antes con el pelo de Harry y este protestó.

Entré riendo en casa y después de comer con mi madre, me puse a hacer todo lo que nos habían mandado para el lunes. Después, estuvimos hablando un rato por un grupo de watsapp que habíamos creado especialmente para planear la fiesta de cumpleaños de Harry y ultimar los detalles que nos faltaban. Puede ser que el último plan que trazamos no saliera bien, pero este estaba seguro de que sí.

¡Hola chicas! Como os dije, el lunes volvería con un nuevo capítulo, aquí lo tenéis. Sé que las cosas entre Harry y Gia no se han arreglado, dadles tiempo, aunque aún no sé bien qué haré con esos dos...No me enrollo mucho hoy porque estoy algo cabreada, la verdad. He descubierto (gracias a una lectora) que hay alguien publicando esta novela, ha cambiado los nombres de las chicas y aunque al principio pone que es mía y que ella solo la publica "adaptada" cuando la gente la deja los comentarios diciendola que les encantan su forma de escribir, la tía se queda tan pancha dando las gracias y para más colmo, dice en algunos capítulos que la ha costado muchísimo encontrar los gifs cuando en realidad, me copia hasta los gifs...En fin...que no os doy más la brasa. Deseadme suerte, mañana empiezo con mis clases de guitarra, ¡estoy nerviosa! Nos vemos el lunes, y el viernes en OLS.

Muchísimas gracias,

Love,

Sarai.