Capítulo Veinticinco: Déjate llevar.

Narra Rebecca.

Estábamos terminando el ensayo con las animadoras cuando vimos una cabecita castaña con rizos acercarse.

- ¿Cómo tú por aquí? –pregunté sorprendida mientras Des y yo guardábamos los pompones en nuestras respectivas bolsas.

- He quedado con Harry, vamos a seguir con el trabajo.-explicó. Des y yo nos lanzamos una mirada cómplice y sonreímos.- No me miréis así.

- No te miramos de ninguna manera.-dijo Des riendo. Nos colgamos el bolso y empezamos a andar para salir de allí.

- Vaya, esto cada día va mejor, ¡si hasta has venido a buscarme! –exclamó Harry viniendo hasta nosotras.

- Anda, vámonos, lo llevamos fatal.-dijo Gia y después de despedirse de nosotros, ambos se fueron.

Zayn, Louis, Des y yo nos despedimos también para luego seguir el camino hasta casa. Unos quince minutos más tarde, ya estaba metiendo las llaves en la cerradura. Abrí la puerta para encontrarme con un irlandés de ojos azules mirándome. ¿Qué hacía él aquí?

Narra Harry.

Salía del vestuario junto con Zayn y Louis de recoger nuestras bolsas de deporte cuando la vi hablando con Rebecca y Destiny. Sonreí y me acerqué a ellas.

- Vaya, esto cada día va mejor, ¡si hasta has venido a buscarme! –dije.

- Anda, vámonos, lo llevamos fatal.-dijo Gia poniéndose a mi lado. Nos despedimos de los demás y caminamos hasta mi casa charlando.

- Voy a darme una ducha, en cinco minutos nos ponemos con el trabajo.-dije mientras me quitaba la camiseta.

- Vale, pero no hace falta que empieces a desnudarte delante de mí, Styles.-dijo.

- Si era para que disfrutaras unos minutos de unas buenas vistas, mujer.-dije subiendo las escaleras.

- ¡Creído! –escuché que gritaba y después soltaba una risita. Si esto hubiera pasado meses atrás, hubiera recibido un buen golpe de su parte.

Bajé a los cinco minutos, como había dicho y nos pusimos con el ordenador  a seguir con el trabajo de literatura.

- Usted y yo teníamos una conversación pendiente de esta mañana, ¿verdad? –dije mientras ella recogía sus apuntes de la mesa.

- ¿Tú y yo? ¿De qué?

Narra Destiny.

- ¿Y bien? ¿Cómo le va la vida, señorita Miller? ¿La jefa de las animadoras la hace trabajar muy duro? –dijo pasando su brazo por encima de mis hombros.

- ¿Y esas confianzas? –dije apuntando a su brazo. Él rio y se encogió de hombros.

- No ha contestado a mi pregunta.-suspiré.-

- La vida va bien menos por una cosa.-me miró alzando una ceja.- Desde hace unos días hay un pesado que no para de seguirme hasta mi casa. Y además, es el culpable de que la jefa de las animadoras me torture sin compasión.-exageré.

- ¿No me digas? –dijo abriendo los ojos, sorprendido.- ¿Y quién es? ¿Le conozco? –preguntó mientras seguíamos andando.

- Le conoces perfectamente.-hice una pausa para darle intriga al asunto.- Eres tú.-dije riendo después.

- ¿Yo? Lo de pesado pase pero…lo de Vanessa no es mi culpa, no os caéis bien de nunca.-se defendió.

- Si no la caigo bien es por ser tu amiga, que lo sepas.

- ¿Y por qué?

- Venga, Lou, no te hagas el tonto, lo sabes perfectamente.-dije y él sonrió, dándome la razón. Habíamos llegado a mi casa.- Me cambio y voy a tu casa.

- Por mi te puedes venir así.-me miró de arriba abajo sonriendo. Le di un golpe en el brazo.- Auh.

- Esa te la merecías, Tomlinson.-dije antes de entrar en mi casa.

Narra Niall.

- No sabe cuánto se lo agradezco, señor Evans.-dije dándole la mano. Me levanté para irme.

- No me lo agradezcas tanto y más te vale cuidar de mi pequeña.-

- Lo haré, no se preocupe.-respondí sonriendo. Entonces, escuchamos la llave entrar en la cerradura y segundos después, tenía a Bec, mirándome sorprendida.

- ¿Qué haces aquí? –preguntó.

- Solucionar un asuntillo para que dejes de llamarme cobarde.-dije y al instante sonrió.

- ¿Qué? –

- Lo que has oído.-dije y ella tiró de mi hasta su habitación, después de dedicarles un pequeño “hola” a sus padres, yo la seguí riendo.

-¿Has hecho lo que creo que has hecho?

- Si estás pensando que he pedido permiso a tus padres para llevarte a Irlanda y que han dicho que sí pues…sí, eso es lo que he hecho.-expliqué.

- Espera, espera, ¿han dicho que sí? –asentí con la cabeza.

- No han podido resistirse a mis encantos.-dije y ambos reímos.

- ¿Te he dicho que eres el mejor novio del planeta? –dijo rodeando mi cuello con sus brazos.

- No, creo que aún no lo habías mencionado.-susurré en sus labios.

- Pues ya lo sabes.-dijo sonriendo antes de fundirnos en un dulce beso.

Narra Gianna.

- ¿Tú y yo? ¿De qué? –dije haciéndome un poco la loca.

- Sin rodeos, señorita Swan.-dijo poniéndose frente a mí. Quizás demasiado cerca. Tanto que mi corazón empezó a acelerarse sin ningún control.- ¿Te gusta James?

- ¿Y si me gusta, qué? –dije desafiante.

- Si te gusta, tendré que solucionarlo.-dijo acercándose todavía más, di un par de pasos hacia atrás, topándome con la mesa donde habíamos estado trabajando, haciéndome quedar sentada sobre ella.

- ¿Y cuál es la solución? –pregunté intentando mantener la calma. Algo difícil en aquel momento: él había acomodado su cuerpo entre mis piernas.

- Esta.-dijo apenas en un susurro antes de presionar sus labios contra los míos. 

Automáticamente mis dedos se hundieron en sus rizos mientras él acariciaba mi espalda. Su lengua pidió permiso para internarse en mi boca y empezar una pequeña batalla con la mía, lucha que terminó poco después. Necesitaba respirar.

- ¿Qué se supone que nos está pasando, Harry? –pregunté aun con la respiración agitada.

- No le des vueltas, Gia.-acarició mi mejilla.- Solo déjate llevar.-dijo y esta vez fui yo la que le besé. Era como si sus labios me llamaran desesperadamente.-

- Tengo que irme.-dije al separarnos.

- ¿Te acompaño a casa? –preguntó mostrándome su sonrisa mientras caminaba con mis cosas hasta la puerta.

- No hace falta.-sonreí también.

- Hasta mañana entonces.-dijo antes de depositar un sonoro beso en mi mejilla.

Narra Liam.

Estaba decidido. Iba a escucharme sí o sí. Tenía que aclarar todo este asunto cuanto antes, ya no podía esperar más. Salí de casa cuando Jess y yo terminamos de preparar nuestra presentación para el viernes y fui todo el camino pensando cómo hacer esto. Quizás era un poco tarde para presentarme en su casa pero realmente me daba igual. Quería hablar con ella y estaba visto que en el instituto era imposible así que, no tenía otra opción. Quince minutos después, más o menos, estaba frente a la puerta de su casa. Llamé al timbre y su madre abrió la puerta.

- Buenas noches, señora Roberts.-dije educadamente.- Siento molestarles a estas horas pero me gustaría hablar con Taylor.-me miró sin saber bien si dejarme pasar.- Es importante.-añadí y finalmente accedió.

-  Está en su habitación, primera puerta a la derecha.-asentí con la cabeza y entré.

- Gracias.-sonreí y me apresuré a subir las escaleras. La puerta estaba un poco abierta pero aun así, llamé.

- No hace falta que llames, mamá.-respondió ella y sin decir una sola palabra entré, encontrándomela de espaldas a mí.

Narra Taylor.

Me quedaban solo un par de ejercicios que el profesor de lengua nos había mandado para el día siguiente cuando llamaron a la puerta de la habitación. Seguramente, sería mi madre para ver qué tal iba.

- No hace falta que llames, mamá.-dije quedándome en la silla pero algo no me cuadraba. Escuché la puerta cerrarse y mi madre no solía hacerlo. Me di la vuelta para encontrarme con sus ojos castaños mirándome.- ¿Qué haces aquí? ¿Aún no te ha quedado claro que no quiero saber nada más de ti? –dije enfadada.

- No pienso irme de aquí hasta que hablemos.-dijo serio apoyando la espalda en la puerta. 

- Tengo cosas que hacer.

- Me da igual.-dijo acercándose hasta donde yo estaba.- Enséñame el video.-pidió. Resoplé. Por su mirada comprendí que lo decía totalmente en serio.

- Lo he borrado.-mentí.

- No me mientas, vamos, quiero ver qué has visto para que estés así conmigo.-insistió y le entregué mi móvil. Lo vio y sonrió. ¿Pero cómo podía tener tanta cara?

Narra Louis.

- Podrías quedarte a cenar.-propuse, ella me miró con la ceja levantada.- Así después terminábamos lo poco que nos queda.-

- Apuesto a que si me quedo, luego no acabaremos el trabajo.-dijo riendo.

- ¿Por qué no?

- Porque seguramente nos sentaremos a ver una peli como hacíamos cuando éramos pequeños.-

- ¿Aún lo recuerdas? –ella asintió y sonreí.- De todas formas, me gustaría que te quedaras.-puso los ojos en blanco y después sonrió.

- Está bien, está bien, llamaré a mi madre para decírselo.

Bajamos a ayudar a mi madre en la cocina y pasamos una cena divertida. Después, como ella había anticipado, pusimos una película, esta vez de dibujos por petición de las pequeñas de la casa.

- ¿Has quedado para ir a la fiesta de Jess con Niall o puedo llevarte yo? –la pregunté en la puerta. Ella rió.- ¿Qué? –la miré sonriendo y negó con la cabeza.

- Le diré a Nialler que voy contigo.-dijo.- Gracias por la cena.-sonrió y besó mi mejilla.- Hasta mañana, Lou.

- Buenas noches.

Narra Jessica.

Volví de casa de Liam algo tarde. Mi madre ya estaba esperándome con la cena preparada así que nada más llegar, me senté a la mesa. Hablamos durante la cena, como lo hacíamos siempre, sobre cómo nos había ido el día. Después, subí directamente a mi habitación, estaba cansada. Me puse el pijama y me metí en la cama. Iba a apagar la luz de la mesilla cuando sonó mi móvil. Sonreí inmediatamente.

¿De dónde venía usted tan tarde?

¿Ves? Me espías, Malik.

No te espío…me preocupo por mi chica.

Pues no te preocupes, estoy sana y salva. Venía de casa de Liam, ¡hemos acabado el trabajo!

Que suerte, Niall y yo vamos lentos como tortugas.-solté una carcajada.

Tengo sueño.

¿Eso es una indirecta para que me calle?

Las pillas al vuelo, Malik.

Vale, vale. Te dejo en paz si es lo que quieres. Que duermas bien y sueñes con el vecino.

¿Con el señor mayor de la izquierda?

No tonta, con el chico que está loco por ti de la derecha.

De ese no me acuerdo.

Ya te haré yo recordar mañana. Te quiero.

Y yo a ti.

Narra Zayn.

Llevaba un par de días dándole vueltas. El viernes era su cumpleaños. Ella me había lanzado unas cuantas indirectas durante toda la semana pasada pero yo me había hecho el loco. Era parte del “plan”. Quería que pensara que no tenía ni idea y así darla una sorpresa pero no se me ocurría qué comprarla. A mi cabeza acudían los típicos regalos pero es que yo quería uno que fuera especial.

- Llevas todo el día en las nubes.-me dijo mientras volvíamos a casa.- ¿En qué piensas?

- Nada, tonterías.-sonreí besando su mejilla. Ella se encogió de hombros y seguimos caminando.

- ¿Qué vas a hacer el viernes? –Ya estaba otra vez con las indirectas.

- No lo sé, creo que saldré con Doniya y las pequeñas por ahí. Hace mucho que no hacemos nada juntos.

- ¿Y tiene que ser este viernes? - Luchaba por no reírme cuando se ponía en ese plan.

- Sí, no tengo nada mejor que hacer.-contesté despreocupado.- Puedes venirte si quieres.-la invité sabiendo que me daría una respuesta negativa.

- No, gracias.-dijo forzando una sonrisa.

- Mañana nos vemos.-me despedí en la puerta de mi casa.- Te quiero.-dije antes de besarla levemente en los labios.

¡Hola chicas! Siento no haber subido antes...en realidad este capítulo tenía que haberlo subido el viernes pero al final no me dio tiempo...Espero que os haya gustado, subiré en cuanto pueda. Muchas gracias.

Love, 

Sarai.