Narra
Jessica.
Volví hasta donde le
había dejado jugando con la llave de la habitación entre mis dedos. Estaba muy
gracioso con mi pañuelo atado, mirando a todas partes, inquieto. No le gustaban
las sorpresas y mucho menos que le hicieran esperar.
- Ya estoy
aquí.-susurré a su lado. Cogí su mano para llevarle hasta el ascensor que nos
llevaría a la tercera planta.
- ¿Vamos a llegar
algún día a donde quiera que vayamos, Jess? –preguntó.
- No seas impaciente,
no queda nada.-en ese momento, las puertas del ascensor se abrieron, tiré de su
mano nuevamente haciéndole caminar por el pasillo hasta la habitación 314.
Respiré hondo cerrando los ojos un momento.- Ya hemos llegado.
- ¿Puedo quitarme
esto ya? –preguntó mientras metía la llave y abría la puerta.
- Sí.-respondí
quedándome frente a él. Desató el pañuelo y paseó su mirada por toda la
habitación para terminar posándola en mis ojos.
- Jess, no creo
que.-empezó a decir. Seguramente, habría adivinado lo que me proponía.
- Sh.-le hice callar
posando mi dedo índice sobre sus labios.- La noche de mi cumpleaños lo
hubiéramos hecho si tus padres no nos hubieran interrumpido.-hablé sonrojándome
ligeramente. Iba a hablar de nuevo pero no le dejé.- Estoy segura, Zayn. Me
siento preparada, supongo que no será tan importante para ti como para mí
pero.-suspiré al ver que no decía nada.- Si tú no quieres, no importa. Podemos
cenar solamente.
Narra
Louis.
Habíamos terminado
lanzándonos la mitad de la cena, igual que si fuéramos dos niños pequeños.
- Si mi madre me
regaña por haberme puesto así, te echaré la culpa, que lo sepas.-dijo riendo
llegando al salón. Había subido al baño a intentar quitarse una mancha de su
camiseta.
- Le diré entonces
que tiene una hija que parece un bebé y no sabe comer sin mancharse.-bromeé.
- Pues el bebé se va
a su casa.-dijo queriendo parecer enfadada. La tomé del brazo antes de que
pudiera escapar.-
- Anda, ven
aquí.-tiré de ella para hacerla sentarse sobre mí, con una pierna a cada lado.-
¿Te he dicho ya lo mucho que te quiero? –susurré rozando su nariz con la mía.
Ella rió.
- Pues no, no lo
habías mencionado.-dijo de la misma forma.
- Te quiero.-susurré
provocando su sonrisa.- Te quiero.-besé cortamente sus labios.- Te
quiero.-volví a besarla, haciendo este último beso más largo.
A medida que los
besos se sucedían, el calor iba aumentando en el salón de mi casa. Mis manos se
colocaron, por instinto, en el borde inferior de su camiseta. Acaricié su
cintura y después su espalda lentamente mientras sus labios no se despegaban de
los míos. Lo hicieron unos segundos solamente para que las camisetas de ambos
volaran por los aires, fue entonces cuando me incliné sobre ella, haciéndola
tumbarse en el sofá.
- ¿De verdad vas a
dejar que mi primera vez sea en el sofá de tu casa? –susurró, mirándome
divertida.
Narra
Destiny.
Pareció sorprenderse
al escucharme decir que aún no había tenido relaciones con nadie.
- Espera,
espera.-dijo separándose un poco. Sus manos, apoyadas a cada lado de mi cabeza,
soportaban su peso y sus ojos azules estaban clavados en los míos.- ¿Cómo que
tu primera vez? Creí que Mark y tú…-negué levemente con la cabeza. Él sonrió.
- ¿Qué pasa, Tommo?
¿Te da miedo hacerlo mal y dejarme traumatizada? –bromeé y él rodó los ojos.
Reí.
- Siempre me dejas
grandes responsabilidades: tu primer beso, tu primera vez.-dijo agachándose un
poco, juntando su frente con la mía. Sonreí.
- Será que me gusta
que seas siempre tú el primero.-cerré los ojos disfrutando del cosquilleo que
me producía notar sus dedos recorriendo el borde de mi sujetador.
- Prometo ir
despacio.-besó mi frente.
- Confío en ti.-trazó
un nuevo camino de besos por toda mi mandíbula, terminando en mis labios para
seguir con mi cuello mientras yo hundía mis dedos en su pelo alborotado. El
sonido de su móvil le interrumpió en la tarea de desabrochar mis pantalones. No
lo cogió pero volvió a sonar.- Cógelo.-le susurré.- Puede ser importante.
- Juro que como sea
Harry con alguna de sus tonterías, lo mato.-dijo sacando el teléfono del
bolsillo trasero de su pantalón, ambos nos incorporamos y puse atención a la
conversación: era su madre.
Narra
Zayn.
“Si tú no quieres, no
importa”. ¿Cómo se te ocurre pensar eso, Jess? Claro que quiero. Realmente me
había dejado sin palabras. Significaba mucho para mí que quisiera concederme
ese privilegio.
- Yo solo quiero si
tú estás lista. Te dije que esperaría y hablaba en serio.-dije. Ella había
apartado la mirada. Cogí su mentón para hacer que sus ojos se encontraran con
los míos.
- No quiero esperar
más.-susurró llevando sus labios a encontrarse con los míos.
Durante unos cuantos
minutos su boca se apoderó de la mía como nunca antes lo había hecho, volviendome
loco. De un pequeño salto, sus piernas se enroscaron en mi cintura mientras la
llevaba hasta la gran cama que había en el centro de la habitación. La ropa
desapareció en cuestión de segundos y nuestras respiraciones cada vez estaban
más agitadas. Sacó un pequeño paquete de debajo de la almohada y me lo tendió
evitando cruzarse con mi mirada.
- ¿Estás segura,
Jess? –pregunté una vez más antes de que no hubiera marcha atrás.
-
Completamente.-sonrió mirándome esta vez.
- Te quiero.-susurré
en su oído antes de hacerla mía por primera vez.- Tranquila.-besé su mejilla
notando cómo se estremecía bajo mis brazos. Continué moviendome lentamente,
intentando no hacerla daño, susurrando palabras de amor mientras nos perdíamos
entre los besos y las sábanas.
Narra
Gianna.
Nos quedamos los seis
fuera de la bolera cuando Des y Louis se despidieron de nosotros, según tenía
entendido él iba a aprovechar que su casa estaba desocupada para prepararle
algo especial. Una especie de disculpa por las falsas acusaciones que Vanessa
había hecho sobre ellos en la fiesta de fin de año.
- ¿Vais a hacer algo?
–preguntó Niall.
- No, al menos
nosotros.-contestó Tay mientras Liam la abrazaba por los hombros.
- Nosotros
tampoco.-contestó Harry después de preguntármelo con la mirada y que yo negara
con la cabeza.
- Entonces propongo
que vayamos a cenar y después tomemos algo juntos.-expuso el rubio.
- Me parece
perfecto.-le apoyó su chica.
- Pues venga, no sé a
qué estamos esperando.-dije yo y empezamos a caminar hasta el centro comercial
al que solíamos ir, era donde más sitios había para poder llevar a cabo nuestro
plan para esa noche.
Narra
Niall.
- Me muero de hambre,
en serio, entrémos en cualquier sitio ya.-dije.
Llevábamos como media
hora dando vueltas por los pasillos del centro comercial intentando decidir a
qué sitio entrar para cenar. ¡Una maldita pizza es suficiente! Tampoco creo que
sea tan grande el dilema.
- Tranquilo,
Nialler.-me dijo Bec riendo.
- ¿Qué tal aquí? –preguntó
Harry señalando un restaurante italiano. Todos empezaron a mirarse entre ellos.
- Haced lo que
queráis, ¡yo ceno aquí! –dije abriendo la puerta del local para entrar. Me
siguieron todos mientras no paraban de reír. Pues yo no le veía la gracia.
Vamos, ni pizca.
- ¿Cuántos son? –me preguntó
el camarero.
- Seis.-le contesté y
nos llevó hasta una de las mesas que estaba libre. Nos sentamos, nos dejó la
carta y mientras los demás charlaban, yo me sumerjí completamente entre
aquellas hojas llenas de recetas italianas.
Distintos tipos de
lasaña, pasta y pizza me estaban volviendo loco. Resoplé varias veces sin saber
bien por cuál de aquellos maravillosos platos decantarme.
- ¿Han decidido ya
qué van a comer? –preguntó el mismo camarero que nos había dado la mesa.
Narra
Rebecca.
Era divertidísimo
observar cómo Niall intentaba decidirse por alguno de los platos que aquel
restaurante ofrecía. El camarero vino a tomar nota de lo que cenaríamos, todos
pedimos un plato a excepción de él.
- Niall.-le llamé.
- ¿Eh? ¿Qué? –preguntó.
Liam y Harry intentaba reprimir la risa.
- Que qué quieres
cenar.-dijo Tay.
- Pues…-se mordía el
labio mientras releía rápidamente la carta una vez más. Suspiró, cerró los ojos
y tras trazar varios círculos en el aire con el dedo índice, lo dejó caer sobre
la carta, señalando el nombre de un plato. Abrió primero un ojo y después el
otro.- Una pizza Da Vinci.-pidió. Era la especialidad de la casa según había
leído y una de las que más cosas llevaba.
No tardaron mucho en
traernos los platos y en menos de lo que canta un gallo habíamos terminado con
todo. La tarde de bolos y karaoke había pasado factura y nos había dado hambre.
Pedimos cada uno algo de postre y nos lo tomamos tranquilamente mientras
charlábamos.
Narra
Liam.
- ¿Cómo creéis que les
estará yendo a los del cumpleaños? –pregunté, sacando un nuevo tema de
conversación.
- Seguramente mejor
que a nosotros.-bromeó Bec.
- Sé de otros que
también tienen que estar en perfectas condiciones.-dijo Niall.
- ¿Y si los llamo
para ver qué hacen? –dijo Harry alzando las cejas repetidas veces.
- Podemos hacernos
una idea de lo que están haciendo.-dijo Tay.
- Ya lo sé, mujer.-siguió
Harry.- Era solo por molestarlos, ya sabes, cortarlos el rollo.-
- Ni se te ocurra.-le
amenazó Gia.
- Creo que Louis te
mataría.-comenté.
- ¡O peor! –exclamó Niall.-
¡Te cortaría los rizos!
- Él nunca me haría
eso.-dijo Harry tocándose el pelo. Todos reímos.
Pedimos la cuenta y,
tras pagar entre todos la cena, salimos de allí. Abandonamos el centro
comercial para caminar durante unos minutos por las calles de Doncaster hasta
adentrarnos en la zona de los pub’s. Éramos menores, pero mientras no tomáramos
alcohol, nos dejaban entrar en cualquiera de los locales. Entramos en el
primero que apareció ante nosotros sin pensárnoslo mucho. Fuimos hasta la barra
para pedir algo de beber.
- Eh, eh, a esta
invito yo.-le dije a Tay poniendo la mano sobre su cartera para que no sacara
nada de dinero.
Narra
Taylor.
Gianna en seguida se
llevó a Harry a bailar un rato y Niall y Rebecca no tardaron mucho en unirse a
ellos. Aquel sitio estaba bastante bien, ponían música moderna y no había
demasiada gente por lo que se estaba a gusto. Al contrario que los demás, Liam
y yo nos quedamos hablando tranquilamente en una de las mesas.
- Todas las chicas
suplican a sus chicos que bailen con ellas menos tú.-dijo mirándome mientras
una sonrisa adornaba su rostro. Me encogí de hombros.
- Seré un bicho raro.
- Un bicho raro precioso.-susurró
antes de besarme.- Y como está visto que tú no estás por la labor de bailar un
rato, tendré que ponerme pesado.
- Sabes que no me
hace mucha gracia lo de bailar.-protesté.
- Y tú deberías saber
que consigo lo que me propongo.-me miró levantando una ceja a la vez que me tendía
la mano. Rodé los ojos y le agarré para adentrarnos en la pista, dejándonos envolver
por la música.- Tay, ¿te pasa algo? ¿estás bien? –
No podía ser verdad.
¿Es que no había suficientes sitios en Doncaster? No podía contestarle. No me
salían las palabras al ver a Justin mirándome descaradamente, haciéndome guiños
como si nada hubiera pasado. Liam se separó de mí para ver qué era lo que había
causado mi repentino cambio de humor. Apretó la mandíbula mientras miraba en su
dirección y yo agarraba fuerte su mano. No quería que volviera a meterse en una
pelea.
- Liam.-susurré.- ¿puedes
llevarme a casa?
Narra
Harry.
Era imposible dejar
de sonreír si la tenía a mi lado. Parecía mentira que hubiéramos acabado así
pero en realidad, me alegraba mucho de haber sido capaz de dar aquel paso.
Bailábamos a lo loco en medio de la pista, sin importar que la gente nos
mirara. Daba igual. Estábamos solo ella y yo.
- Voy al baño, ahora
vengo.-dijo en mi oído para que pudiera escucharla. La música estaba demasiado
alta.
- No tardes.-le pedí.
- No te escapes.-me
dijo guiñándome un ojo divertida. Dejó un pequeño beso sobre mis labios y se
alejó después.
Me quedé allí solo
por lo que me puse a observar a la gente que había a mi alrededor. Me encontré
con mis amigos bailando al igual que habíamos estado haciendo mi chica y yo pero
desgraciadamente, me encontré también con alguien que ahora ya no era de mi
agrado. En cuanto me vió, no dudó en acercarse hasta mí.
- ¿Gia se atreve a
dejarte solo? –dijo pegándose demasiado a mí.
- ¿Por qué no tendría
que hacerlo? –pregunté desafiante.
- Porque podría venir
cualquier chica y quitarle el novio.-dijo mirándome a los ojos con suficiencia.
- Eso no va a.-pero
no pude terminar mi frase porque sus labios estaban haciendo una fuerte presión
sobre los míos.
Me deshice de ella en
cuanto me fue posible pero ya era demasiado tarde. Dos ojos cristalizados al
fondo de la sala hicieron que mi corazón se rompiera en varios trozos.
¡Hola chicas! Aquí estoy de nuevo. Tal y como os dije, y como muchas habéis acertado, la noche de una de las parejas no terminaba bien, una simple interrupción...las madres que son muy oportunas jajaja No me matéis por el final, os lo pido por favor, la verdad es que no me estaba convenciendo mucho este capítulo y, después de lo de Jess-Zayn y Louis-Des pues no sabía muy bien qué escribir con las demás parejas. Tarde o temprano algo malo iba a pasar y bueno, se me ocurrió meterlo aquí. Espero que, como ya he dicho antes, no tengáis muchas ganas de matarme... Subiré en cuanto pueda. Muchísimas gracias por todos los comentarios que dejáis cada día.
Love,
Sarai.