Capítulo Dieciséis: Halloween.

Narra Rebecca.

Aquella semana pasó demasiado rápido. Quizás era porque estábamos tan ilusionadas con la fiesta de Halloween de mañana que no nos había dado tiempo a pensar en las clases. Cosa que seguramente más tarde pasaría factura. El viernes quedamos todas en mi casa para asegurarnos de que todo había quedado perfecto.

- ¡Que yo no quiero ponerle nada tétrico a mi traje, dejadlo ya! –se quejaba Des.

- ¡Pero si es Halloween! –le decía Gia.

- Me da igual.-dijo Des cruzándose de brazos.

- Yo estoy contigo.-la apoyó Tay.

- Tú lo que tienes que hacer es estarte quieta, voy a pincharte al final.-dije ya que estaba cosiéndola una parte del disfraz que se había descosido.

- ¿Qué tal estoy? –preguntó Jess saliendo del baño. Era la que faltaba por probárselo.

- Fiu, fiu.-silbó Gia.

- Voy a comprar un babero para cierto moreno.-comentó Des guiñándole un ojo.

- Pues compra dos, así le damos otro a cierto capitán de cierto equipo de fútbol.-contraatacó Jess.

- A él que se lo compre Vanessa.

- No sé si te habrás dado cuenta que lo decía por ti.-expliqué yo a lo que Jess asintió.

- ¿Por mí? Estáis locas.-dijo negando con la cabeza.

- Vamos, ¿no te has fijado cómo te mira? –dijo Tay. La pinché sin querer.- ¡Auh!

- Te lo estaba diciendo.-dije.-

- Pues no, ¿cómo me va a mirar? ¡Pues como a todas!

- Por supuesto que no lo hace. Solo a ti te mira de esa manera. Le tienes loco, querida.-dijo Gia. Des soltó una carcajada.

- ¿Qué os habéis tomado, chicas? No os estaréis drogando, ¿no? –dijo riendo.

- Sí, sí, tú ríete pero algún día verás que llevamos razón.-dijo Jess terminando con aquella conversación.

Narra Niall.

Habíamos quedado con las chicas directamente en el instituto, ellas habían pasado todo el día en casa de Rebecca y seguían insistiendo en que los disfraces eran un secreto hasta llegar a la fiesta.

Después de ducharme, me puse el mío: de duende pero en vez de ser verde, era negro con algunos toques en verde, vamos, un duende malvado para que pegara con la ocasión. Me miré al espejo para colocarme el gorro sin despeinarme demasiado, me puse las zapatillas que iban tapadas por un trozo de tela negra, simulando los zapatos que llevan los duendes, cogí el móvil, la cartera y tras despedirme de mi madre, salí dirección al instituto.

Cuando llegué allí, estaba todo perfectamente ambientado, la fiesta sería en el gimnasio y en la entrada ya había telarañas y un camino que te llevaba hasta allí rodeado de tumbas y demás. Enhorabuena al trabajo hecho por los decoradores, sí señor. Entré al gimnasio y vi a las chicas en un grupito, aún solas, en una esquina, me acerqué a ellas para saludarlas.

- Wow.-dije cogiendo a Bec de la mano, haciéndola girar.- Estás impresionante.-Iba de bruja, sí, pero no esas típicas brujas que salen en los cuentos horribles y con verrugas, de eso nada, llevaba un vestido negro, bastante ajustado, con las mangas transparentes, en forma de telas de araña, un sobrero de pico negro y unas botas altas negras también hasta la rodilla. Los labios morados y la raya de los ojos más negra de lo habitual.

- Gracias Nialler.-me contestó antes de saludarnos en condiciones, con un buen beso.

Narra Destiny.

Al poco rato de la llegada de ese duende malvado, llegaron los que faltaban: Zayn, vestido completamente de rojo, disfrazado de diablo y Liam que iba de Batman. En seguida fuimos a por algo de beber y nos pusimos a bailar.

- ¡Bu!

- ¡Harry, qué susto me has dado, idiota! –dije dándole en el hombro. Él rió.

- Perdone usted, Caperucita Roja.-dijo divertido.- ¿Sabes dónde está…? Ya sabes quién.-preguntó.

- Hm.-me puse de puntillas intentando ver por encima de las cabezas de la gente.- No la veo…-dije.- Ah, sí, mira por ahí viene.-señalé dónde estaba ella, acababa de salir del baño.

- Deséame suerte.-

- Suerte.-sonreí y me besó en la mejilla antes de desaparecer entre la gente.- ¡Me debes un baile, Harold! –le grité y respondió haciendo el gesto de ok con la mano.

Eché un vistazo a mi alrededor: Nialler y Becca bailando mientras se besaban, Zayn y Jess riéndose mientras ella intentaba enseñarle algún paso de baile y Liam y Tay bailando también pero lanzándose miraditas tímidas. Adorables las tres parejas. Me acerqué a la barra a pedir algo de beber.

- ¿Aburrida? –giré levemente la cara para encontrarme con un Peter Pan a mi lado. Le sonreí después de encogerme de hombros.

- Todos están en parejitas.-reí señalándole la pista con la cabeza.

- ¿Gia también?

- Harry está encargándose de que no esté sola, creo.-él sonrió asintiendo con la cabeza.

- ¿Y tu chico? –preguntó.

- No ha podido venir.-nos quedamos en silencio unos segundos.

Narra Zayn.

Llegue a la vez que Liam que venía vestido de Batman ¡hasta con el pecho simulando músculos y todo! Cuando entramos las chicas ya estaban allí y no pude evitar centrar toda mi atención exclusivamente en ella. Iba de hada negra: unas mayas negras y una camiseta básica, negra también. Lo que más llamaba la atención era las alas que llevaba en la espalda, negras con un poco de purpurina que brillaban cada vez que la luz daba en ellas. Nos saludamos con un beso en la mejilla aunque, sinceramente, hubiera preferido adueñarme de sus labios durante unos segundos. Estuvimos bailando un rato todos juntos hasta que el grupo fue dividiéndose en parejas. Jess no hacía más que reír con mi intento de bailar en condiciones.

- No me apetece bailar más.-dije quedándome quieto, mirándola.

- ¿Y qué le apetece hacer al señorito? –dijo divertida. Me acerqué a ella y puse sus brazos rodeando mi cuello.

- ¿Ahora mismo? –pregunté haciendo que su nariz rozara con la mía. Ella asintió levemente.- Besarte.-susurré sobre sus labios antes de juntarlos.

Narra Gianna.

Había tenido que ir al baño, no aguantaba más y cuando salí ya había perdido a todos mis amigos de vista. ¡Genial, Gia! ¡Perfecto! Entonces fue cuando le vi, acercándose a mí. He de admitir que estaba realmente guapo. Su disfraz era de Drácula: unos pantalones negros, camisa blanca y una capa negra con el forro rojo. Llevaba el pelo engominado, estirado para atrás. Estaba extraño sin sus rizos cayéndole sobre la frente pero igualmente estaba guapo. ¿Se puede saber qué estás diciendo? ¿Guapo? ¿Estás pensando que Styles es guapo? ¿Styles? ¿El capullo engreído? Y es que no sabía qué me estaba pasando desde hacía algunos días. Le veía de otra manera, incluso había llegado a fijarme bien en él, en que tenía unos ojos verdes que te dejaban hipnotizada (ahora ya entendía por qué todas caían rendidas ante él) y en que se le formaban unos hoyuelos cada vez que sonreía que le hacían parecer un niño inocente. Sacudí levemente la cabeza, queriendo alejar aquellos pensamientos pero no fue muy efectivo, él ya estaba frente a mí, sonriendo.

- ¿Qué haces tan sola? ¿No te han dicho que hay vampiros sueltos por aquí que muerden a las chicas guapas? –dijo y sonreí levemente.

- ¿Y tú no te has fijado que a las vampiresas ya no nos puede morder ningún vampiro fanfarrón? –él rió.

- ¿Soy fanfarrón?

- Y creído.

- Vaya, yo que pensaba que había conseguido que al menos hubieras cambiado un poquito de parecer respecto a mí.-no pude evitar reír mientras negaba con la cabeza.

- Pues te equivocabas, Styles.

- ¿Me dejas al menos que te invite a una copa?

Narra Louis.

No pude evitar acercarme a ella cuando la vi sola en la barra. Hoy más que nunca parecía una niña dulce e inocente. Su disfraz era de Caperucita Roja compuesto por una falda roja, algo corta, por encima de las rodillas que quizás era lo que la hacía desprenderse de la inocencia; una blusa de manga corta blanca, una capa roja, por supuesto, y unas medias blancas hasta la rodilla con un lacito en rojo. Me coloqué en la barra, a su lado, apoyando los brazos en esta.

- ¿Aburrida? –se encogió de hombros, dedicándome una sonrisa.

- Todos están en parejitas.-señaló la pista, riendo.

- ¿Gia también? –pregunté.

- Harry está encargándose de que no esté sola, creo.-asentí con la cabeza recordando que minutos antes me había abandonado para ir en su búsqueda.

- ¿Y tu chico? –pregunté sin más. Supuse que habría venido para estar con ella en la fiesta.

- No ha podido venir.-Guardamos silencio después de su respuesta. La miré y sonreí.

- ¿Quieres bailar? –Ella me miró entrecerrando levemente los ojos.

- Claro.-Me sorprendió su respuesta, pensé que diría que no.

Nos dirigimos a la pista y en seguida empezamos a bailar, uno frente al otro. Una idea estaba rondando mi cabeza. ¿Y si se lo decía? Ahora era una buena oportunidad. Tiene novio. Decía una vocecita dentro de mí. ¿Y qué? Harry tenía razón. ¿Desde cuándo eso era un impedimento? Además, su novio la había dejado sola, no había hecho el mínimo esfuerzo para venir y estar con ella, así que, ¿por qué no aprovechar la oportunidad que se me había presentado? Cogí su mano para hacerla dar una vuelta y acercarla a mí. Quedó pegada a mí, con una mano sobre mi pecho. Seguramente estaría notando que mi corazón latía muy deprisa.

- Des…tengo algo que decirte.-dije mirándola a los ojos.

No pude continuar hablando ya que noté un puño chocando contra mi mejilla.

Narra Taylor.

Nos vestimos todas en casa de Becca y nos dirigimos hasta el instituto. La verdad es que entre todas habíamos hecho un gran trabajo con los disfraces. A mí esta vez me había tocado de gato: unas mayas negras y un body negro, más unas orejitas y una cola bastante graciosa. Llegamos antes que los chicos y el primero en aparecer fue Nialler, que iba de duende y después le siguieron Zayn y Liam. En cuanto vi entrar a Liam, que iba de Batman y él me vio a mí, vestida algo similar a Catwoman, nos echamos a reír por la casualidad.

- ¿Qué pasa, Tay, el disfraz es una excusa para ser mi pareja? –me preguntó acercándose a mí. Me sonrojé completamente.

- No-no claro que no. Es so-solo una coin.

- Eh, eh.-sonrió.- Lo decía en broma. Las orejitas esas te quedan muy bien.-dijo tocando una de ellas.

- Gracias.-otra vez roja.

- ¿Quieres que me vaya? Lo digo porque ahora eres un gatito rojo.-rio y le di un golpe en el brazo.- Auh.

- Cállate.

- Vale, vale, perdón.-dijo levantando las manos en señal de paz.

Narra Harry.

- ¿Peter Pan? ¿En serio, tío? ¿No sabes que es una fiesta de Halloween? –dije riéndome nada más verle.

- ¿Quieres que te pegue un puñetazo, Hazza? –me contestó.-

- Uh, vaya humos.-dije.- Peter Pan…-repetí en bajito riendo y recibí una colleja.

Llegamos al instituto, el gimnasio estaba ya prácticamente a rebosar de gente.

- Yo me voy a buscar a mi vampiresa.-le dije a Louis.

- No la muerdas mucho, Drácula.-rio y negué con la cabeza.

Empecé a buscarla pero nada, así que, como vi a Des, decidí acercarme a preguntarla a ella. Me ayudó a encontrarla y me dirigí hacia ella. Estaba realmente preciosa, iba de vampiresa, justo como Des me había dicho. Hacer pareja con el disfraz era la excusa que pensaba poner para pasar gran parte de la noche a su lado. Llevaba un vestido negro con detalles rojos, por encima de las rodillas y una capa parecida a la mía, pero más corta. Cuando estuve más cerca, pude apreciar que el pintalabios que llevaba solo hacía que mis ganas de besarla aumentaran. Contrólate, Harry, despacio, con delicadeza, sé un caballero. Me dije a mi mismo y llegué a su lado.

- ¿Qué haces tan sola? ¿No te han dicho que hay vampiros sueltos por aquí que muerden a las chicas guapas? –dije y sonrió.

- ¿Y tú no te has fijado que a las vampiresas ya no nos puede morder ningún vampiro fanfarrón? –reí por su respuesta. Tenía razón.

- ¿Soy fanfarrón? –alcé una ceja, mirándola.

- Y creído.-Ya estamos otra vez con eso.

- Vaya, yo que pensaba que había conseguido que al menos hubieras cambiado un poquito de parecer respecto a mí.-se echó a reír antes de contestarme.

- Pues te equivocabas, Styles.

- ¿Me dejas al menos que te invite a una copa? –me miraba sin decir nada.- Venga, Gia, tan solo una, hazlo aunque sea porque vamos iguales.

- Está bien, está bien. Pero yo estoy mucho más guapa.-me sacó la lengua y caminó hasta la barra. La seguí sonriendo. Por supuesto que lo estás.

Narra Jessica.

- ¿Ahora mismo? –preguntó rozando su nariz con la mía. Asentí con los ojos cerrados.- Besarte.-susurró prácticamente en mis labios que hizo que se juntaran con los suyos segundos después. Sonreímos en medio de aquel beso.

- Desde luego era mejor que bailar.-comenté y él rio.

- Mucho mejor.-dijo para después besarme de nuevo.- Jess, ¿puedo preguntarte algo? –habló cuando nos separamos levemente.

- Claro.-sonreí.

- Llevo varios días dándole vueltas a esto y he llegado a una conclusión.-hizo una pausa para mirarme y llevar su mano a mi mejilla para acariciarme.- Quiero que estemos juntos, poder decir que eres mía, poder besarte cuando y donde me apetezca.-

- ¿Y la pregunta es…? –puso los ojos en blanco y ambos reímos.

- La pregunta es, querida cabeza hueca.-dijo dando con un dedo en mi frente. Reí.- que si quieres salir conmigo, que estemos juntos, ser mi chica, mi novia, como quieras decirlo.-sonreí mirándole. Nunca antes había estado en una situación parecida, es decir, sí, había besado a algún que otro chico pero nunca había salido con ninguno así más en serio.

- Sí, claro que quiero, pero retira lo de cabeza hueca.

- Retirado.-me besó de nuevo.

Narra Liam.

Estaba adorable cuando se sonrojaba, pero pensé mejor dejar de decirla esas cosas porque no quería que se sintiera incómoda.

Nos sentamos en unas banquetas, en una mesa alta, mientras tomábamos algo, charlábamos y de vez en cuando la hacía reír con alguna bobada que soltaba. Hubo un momento de silencio. Ella miraba la pista mientras movía el pie al ritmo de la música. Me levanté y la cogí de la mano, arrastrándola a la pista.

- Eh, eh, ¿qué haces?

- Vamos a bailar, es una fiesta, y en las fiestas se baila, ¿lo sabías?

- ¿Lo sabías? –me hizo burla y le saqué la lengua.- No es mi fuerte el baile.

- Anda, venga.

- ¡No hagas trampas mirándome así!

- ¿Así? ¿Cómo? –volví a mirarla.

- Así, con cara de cachorrito abandonado.-en ese momento empezó a sonar una canción lenta.

- Ahora no tienes excusas, las lentas son las más fáciles de bailar.-le dije.

- Las lentas son para las parejas.-la cogí más fuerte de la mano para que no se fuera y la pegué a mí. Coloqué mi otra mano en su cintura y ella colocó las suyas en mis hombros.

- Cállate y baila un rato conmigo.-

- Que insistente eres eh.-sonreí encogiéndome de hombros.

- Un poco.-contesté mientras nos movíamos al ritmo de la música y nuestras miradas conectaban.

Hola chicas. Aquí un nuevo capítulo, espero que os haya gustado. No sé cuando voy a poder subir el siguiente, estoy hasta arriba de trabajos y demás... Muchísimas gracias.

Love, 

Sarai.