Capítulo Quince: Como antes.

Narra Jessica.

¿Quién se suponía que hacía los horarios? Desde luego no tenía ni idea de lo que era tener que soportar las matemáticas a última hora un viernes. Pues bien, yo se lo resumo en una palabra: HORRIBLE. Y para colmo, no me había salido bien ni uno de los ejercicios que el profesor estaba corrigiendo en la pizarra.

- ¿De qué te ríes tú, eh? –le dije bajito a Zayn.

- No has dado ni una.-sonrió señalando mis hojas con el dedo.

- Odio las matemáticas.-resoplé.

- A mí no se me dan mal.-dijo, miré sus ejercicios. ¿Qué no se le dan mal? ¡Si los tenía todos perfectos!- Si quieres puedo ayudarte.

- Pues tendrá que ser un curso exprés, la semana que viene es el examen y no tengo ni idea.-

- Bueno, tú tranquila, confía en el profesor Malik.-le miré alzando una ceja.- ¿Qué? Tengo mis métodos.-dijo levantando las cejas repetidas veces.

- Me dan miedo sus métodos, profesor Malik.

- ¿Quieres aprobar o no? –asentí con la cabeza.- Bien pues el domingo por la mañana te quiero en mi casa.

- Señor, sí, señor.-

- Ustedes dos de atrás, ¿piensan callarse algún día? –el profesor nos miró con cara de pocos amigos y ambos nos callamos.

Narra Liam.

Viernes por fin. Sonó el timbre que anunciaba que éramos libres durante todo el fin de semana y todos nos apresuramos a recoger para salir de allí cuanto antes. Nos quedamos hablando un rato en la puerta, decidiendo qué haríamos ese fin de semana. Era el primer partido del instituto en casa así que Des, Bec y Zayn tenían planes obligatorios y supuse que Jess y Niall irían allí seguro, Gia probablemente también. Niall se despidió de Bec para irse después con Des a su casa, tenían prisa así que quedamos en ir todos al partido mañana, pero a mí no terminaba de convencerme ese plan, es más, yo había pensado en ir deshaciéndome de ese miedo que tenía presa a Tay y mañana sería un día perfecto para empezar.

- Tay, ¿vas a ir mañana al partido?-Sí, vale, era una pregunta muy obvia.

- Supongo.-se encogió de hombros.- No tengo nada mejor que hacer.-sonrió.

- ¿Y si te digo que yo había pensado en salir por ahí…los dos?

- Pues contestaría que me lo tengo que pensar, aunque es una idea muy tentadora.-dijo mirándome. Sonreí.

- Vamos, te invitaría a merendar y quizás a una partida a los bolos. Será más divertido que el partido seguro.

- De acuerdo, pero solo si me dejas pagar algo.-resoplé y ella rió.

- Está bien, está bien.-dije con las manos en alto.- Paso a por ti a las ¿seis? –asintió con la cabeza.

- Sé puntual, eh.

- Lo seré. Hasta mañana, Tay.-besé su mejilla y puse rumbo a mi casa después de ver sus mejillas ligeramente rosadas.

Narra Destiny.

Volví a casa, como siempre entre risas con Niall y después al ritmo de la música. En cuanto llegué, subí a mi habitación a quitarme el uniforme y me puse unas mayas negras y una camiseta rosa de manga corta, era octubre y aún podíamos ir en manga corta, aquí, en Inglaterra, de locos, ¿verdad? Sería el cambio climático… Comí con mi madre y mi hermana mientras contábamos como nos había ido el día a cada una. Después de ayudar a recoger y demás, subí a coger el móvil y ponerme las converse.

- ¿Vas a casa de Lotte? –preguntó Wen asomándose por la puerta de mi habitación.

- Sí, Jay tiene que salir y me ha pedido que vaya a cuidar a las niñas, ¿quieres venirte? –asintió con la cabeza.- Pues venga, vístete que nos vamos.-Recogí mi pelo en una coleta alta y salí de mi habitación.- Me llevo a Wen, ¿vale? –le dije a mi madre.

- Claro, pasadlo bien.-contestó. Mi hermana bajó, salimos de casa y cruzamos la calle. Llamé al timbre y en seguida Jay abrió.

- Al final voy a tener que contratarte oficialmente como niñera de esta familia, eh.-dijo y reí.

- Por mí no hay ningún problema, sabes que adoro a los niños, y más a estas cuatro.-

- Bueno, yo tengo que irme, ya sabes, como si estuvieras en tu casa, adiós pequeña.-dijo haciéndole una caricia a mi hermana.- Pasadlo bien.-iba a salir.- Ah, si Louis llega antes que yo no hace falta que te quedes hasta que yo vuelva.-Asentí con la cabeza y cerré la puerta.

- ¿Y bien? –estaban las cuatro en el salón.- ¿Qué quieren hacer esta tarde las señoritas? –pregunté con los brazos en mis caderas.

- ¿Nos enseñas algún baile? –dijo Fizzy.

- ¡Pintar, pintar! –dijeron las gemelas.

- ¡Desfile de modelos! –dijeron casi a coro mi hermana y Lotte.

- Creo que podemos hacer un poco de todo.

Narra Louis.

Estuve comiendo con Harry y después salimos a dar una vuelta. Solíamos hacer eso cada viernes. Y no, puede sonar aburrido, pero no lo era. No puedes aburrirte de pasar tiempo con tu mejor amigo.

Llegué a casa sobre las siete, en cuanto entré, escuché jaleo que venía de arriba. Dejé las llaves en la estantería de la entrada y subí por las escaleras. No me equivocaba. El ruido venía de la habitación que tenían las niñas para jugar y demás, sonaba “Wannabe” de las Spice Girls a todo volumen, me asomé por la puerta para encontrar una escena bastante divertida: Des bailando en el centro, y detrás de ella mis cuatro hermanas y Wen, la hermana de Des, intentando seguir sus pasos, cosa que solo conseguían Wen, Lotte y Fizzy, las gemelas luchaban más bien por mantener el equilibrio.

Las primeras en percatarse de mi presencia fueron las gemelas y claro, inmediatamente Des paró la música.

- ¿Te quedas tú ya con ellas, no? –me dijo empezando a recoger un poco la habitación. Asentí con la cabeza.

- Chicas, ¿por qué no bajáis al salón? Ahora voy yo, hago palomitas y vemos una peli, ¿vale? –dije y todas, incluida la hermana de Des, bajaron.- Des…me gustaría hablar contigo.

- ¿De qué? –dijo mientras terminaba de coger un par de muñecas del suelo.- ¿Me vas a decir ya por qué toqueteaste mi móvil y borraste un mensaje? –

- Porque…-“Porque moría de celos” Sería la respuesta correcta. Respuesta que no podía dar. Vamos, Louis, ¡piensa una buena excusa!- Soy muy torpe con la tecnología, lo borré sin querer.- Vale, esa había sido una muy mala.- Lo siento, de verdad, creo que no podemos seguir así, es decir, estamos haciendo el trabajo juntos y la obra, y es un poco, bueno, MUY difícil si estás enfadada conmigo todo el tiempo.-Ala, ya lo había dicho.

- Sabes que eso no hay quien se lo crea, ¿no? –me miró levantando una ceja.- Pero tienes razón.-resopló y después sonrió levemente. Hacía mucho que no lo hacía en mi presencia.- Saldrá un churro de obra y de trabajo.-rió.-

- Propongo que empecemos de nuevo.-extendí mi mano sonriendo.- Soy Louis, encantado.-Ella rió.

- Des.-dijo estrechando mi mano, con una gran sonrisa. Dios, adoraba esa sonrisa.- Pero que conste que algún día me contarás por qué lo hiciste.-me sacó la lengua mientras pasaba por mi lado para salir de la habitación.

Narra Gianna.

Sábado por la mañana: estudiar un poco y hacer los deberes. Sábado por la tarde: ¡PARTIDO! Bueno, vale, no me entusiasmaba tanto pero siempre lo pasábamos bien y si nuestro equipo ganaba pues íbamos a tomar algo por ahí, así que no estaba mal.

Me vestí con un pantalón vaquero clarito y una camiseta de manga corta. Había que aprovechar que al parecer el verano estaba durando unas semanas más de lo normal. Cogí un pequeño bolso para meter el monedero y el móvil y después de ponerme las zapatillas, salí de casa, dirección al instituto. Cuando llegué ya estaban allí Niall en las gradas, Zayn con los chicos en el campo, Jess hablando con él y Des y Bec con las animadoras. Las saludé con la mano y vinieron a las gradas.

- Y aquí vienen las animadoras más sexys de todo Doncaster.-grité y ellas me dieron con los pompones riendo.

- No seas idiota.-dijo Bec.

- Pero si tiene razón.-comentó Niall y recibió otro par de “pomponazos”.

- ¡Todas aquí, último repaso de la coreografía! –gritó la voz chillona de Vanessa.

- De verdad, ¡en qué hora me dejé convencer! –dijo Des.

- Es que me adoras, acéptalo.-dijo Bec abrazándola.

- ¿Quién adora a quién? –dijo Jess llegando con nosotras.

- Tú a Zayn.-dije yo haciéndola sonrojar, todos reímos y Bec y Des fueron de nuevo con las animadoras, el partido estaba a punto de empezar.

Narra Harry.

Nuestras animadoras salieron al centro del campo a hacer una coreografía mientras que todo el público aplaudía y gritaba. Terminaron y se pusieron en la banda del campo, ahora nos tocaba a nosotros, saludamos al otro equipo y después de que Louis y el otro capitán echaran a suertes quien elegía portería, el árbitro indicó que empezara el partido.

Ganamos 3 – 1 en parte gracias a Zayn, el tío había sido algo así como la revelación de la temporada, se le daba de maravilla y había sido el que había marcado los dos primeros goles.

Entramos a los vestuarios a darnos una ducha para después ir a tomar algo, siempre lo hacíamos si ganábamos. Cuando salimos vimos aún en las gradas a Des, Gia, Niall, Bec y Jess, supongo que esperando a Zayn. Él salió delante de nosotros, le hice una señal a Louis y nos acercamos tras él.

- Vamos a ir a tomar algo, ¿queréis venir? –pregunté. 

Todos se miraron. Sí, vale, es que era extraño que saliéramos juntos. Des me miró y sonrió.

- Yo me apunto.-dijo. Vi a Louis sonreír. ¡Qué dos!

- Pues yo también, venga.-dijo Zayn y Jess asintió con la cabeza, dando a entender que ella también estaba de acuerdo.

- ¿Niall? ¿Rebecca? –pregunté yo.

- Solo si no me llamas por mi nombre completo.-contestó ella.

- De acuerdo, puede que lo pasemos bien y todo.-comentó Niall.

- ¿Y tú Gia, te vienes? –pregunté dudando de si aceptaría. Las cosas habían mejorado pero no sabía si tanto.

- Claro.-sonrió levemente y salimos todos de allí.

Narra Taylor.

Eran las seis menos cinco y yo estaba dando vueltas por el salón de mi casa. Afortunadamente estaba sola, si mi madre me viera así empezaría con esas preguntas que no hay ganas de responder. Estaba algo nerviosa, incluso me empezaban a sudar las manos. “Tranquila” me decía a mí misma. “Es Liam, es un amor de chico y vas a pasarlo genial”. El timbre me sacó de mis pensamientos. Las seis en punto. Sonreí. Me miré en el espejo de la entrada, peiné un mechón rebelde con la mano y abrí la puerta. Me encontré con un Liam más guapo que de costumbre, si eso podía ser posible, vestido de manera informal, mirándome con una gran sonrisa.

- ¿Nos vamos? –preguntó. Asentí con la cabeza, cogí el bolso y salimos de casa.

- ¿Dónde vamos a ir? –pregunté mientras caminábamos uno al lado del otro.

- Te dije que te invitaría a merendar y quizás a una partida de bolos.

- ¿Y de qué depende ese quizás?

- De si te portas bien.-me sacó la lengua y ambos reímos.

Fuimos a un Starbucks donde pedimos un café cada uno y un trozo de tarta de chocolate que compartimos. Pasamos todo el rato entre risas y bromas, aunque él no hacía más que picarme para luego decirme “así no vas por buen camino para la partida de bolos”. Terminamos de merendar y fuimos a la bolera donde seguimos con las risas.

- Eres muy mala en esto, ¿eh? –dijo dándome un codazo.

- Oh, disculpe, gran maestro de los bolos.-dije con ironía.

- ¡Por supuesto que lo soy!

- Pues venga, listo, enséñame.-dije poniendo mis brazos en jarra, apoyados en mi cintura.

- Para empezar, coge una bola.-le saqué la lengua y él rio haciendo que se le achinaran los ojos. Adorable. Absolutamente adorable.- Luego te pones en la posición correcta y lanzas, no es tan complicado.

Cogí una de las bolas de menos peso y me puse frente a la pista. Iba a tirar cuando le escuché detrás de mí.

- No, así no.-se acercó a mi, colocándose detrás.- Así.-me puso de la manera correcta, puso su mano sobre mi brazo para ayudarme a tirar. La bola salió disparada, tirando casi todos los bolos.- ¿Lo ves? –me giré sonriendo para mirarle. Estaba demasiado cerca, nuestras narices se rozaron levemente y me sonrojé.- Inténtalo ahora tú sola.-sonrió separándose y seguimos con la partida.

Narra Niall.

Resultó extraño que Harry nos invitara a ir con ellos a tomar algo. Antes habíamos sido amigos pero me enteré hará un par de años de que él y Bec habían estado a punto de liarse una vez y a partir de ahí dejé de hablarle ya que él sabía lo enamorado que estaba de ella pero le daba exactamente igual y había intentado quitármela. De todas maneras decidí aceptar la invitación. Fuimos a un pub de Doncaster donde por las tardes ponían música y era un lugar muy agradable para tomar algo. Nos sentamos todos en una mesa, aunque las chicas salieron a bailar en seguida, Louis fue al baño y Zayn fue con las chicas también, dejándome allí solo con Harry. Un momento algo incómodo ya que ninguno de los dos decía nada.

- Oye Niall.-dijo él, rompiendo aquel silencio. Hice un ligero movimiento con la cabeza.- Sé que fue hace mucho tiempo pero Louis, tú y yo éramos buenos amigos y lo estropeé todo.- ¿Estaba intentando disculparse? ¿Harry Styles?- Lo que quiero decir es que lo siento, no debí haber intentado nada con Bec sabiendo que tú la querías.

- Vaya, si parece que es verdad lo que dicen por ahí de que estás cambiando.

- Supongo que me he dado cuenta que no se puede ir por la vida siendo un capullo.-se encogió de hombros y después soltó una risita.

- Supones bien.-comenté riendo después también.

- ¿Te parece si lo olvidamos y volvemos a ser los amigos de antes?

- Hecho.-dije.- Pero morirás si te acercas a ella, Styles.-él sonrió de lado dándome un golpe amistoso en el hombro.

Narra Rebecca.

Hubiéramos pasado una tarde de lo más divertida si Vanessa y sus perritos falderos no hubieran llegado a fastidiar. Pero todo no se puede tener en esta vida, ¿verdad? Así que cuando ellas llegaron, nosotros decidimos irnos de allí, nos despedimos de Harry y Louis que intentaron irse pero las víboras los “atraparon” así que, allí los dejamos.

La mañana siguiente la dediqué entera a estudiar. Esa semana teníamos examen de matemáticas. Por la tarde, vinieron las chicas a mi casa, teníamos que seguir con los disfraces aunque estaban prácticamente terminados, solamente quedaban esos últimos retoques que tendríamos que dar en esa semana ya que el sábado era la fiesta de Halloween. Jess estaba en el baño probándose el suyo cuando sonó el timbre, bajé a abrir y me encontré con Zayn, Niall y Liam. Saludé a Niall con un beso en los labios y a los otros dos con uno en la mejilla.

- ¿Qué hacéis aquí? –les pregunté.

- ¿Qué tal lleváis los disfraces? –preguntó Nialler haciéndose un hueco para entrar y empezó a subir las escaleras.

- Ah no, os dijimos que es sorpresa.-dije interrumpiéndole el paso.

- Vamos, déjanos verlo.-dijo Zayn. Negué con la cabeza.

- Tendré que usar mis armas entonces.-Niall me miró sonriendo pícaramente, le hizo una señal a los otros dos y cuando me quise dar cuenta, él me tenía cogida en brazos mientras los otros dos subían a mi habitación.

- ¡CHICAS, RECOGED QUE VAN! –Grité mientras Niall intentaba taparme la boca.

Al final, no consiguieron ver nada pero se quedaron en casa así que no pudimos terminar de dar esos retoques a los disfraces. Pusimos una peli e hicimos unas palomitas que más que acabar en nuestro estómago terminaron por todo el suelo.

Narra Zayn.

Había sonado el despertador pero no le presté mucha atención, como de costumbre. Me di media vuelta en la cama para dormir otro rato más, además era domingo, no tenía nada que hacer. ¡Mierda! ¿Cómo que no, Zayn? ¡Jess llegaría en cualquier momento para que la ayudara con las mates! Ella iba a venir y yo aun en la cama y con estas pintas. Salté, literalmente, de la cama y fui directo al cuarto de baño. Me metí en la ducha y a los diez minutos, más o menos, salí y me enrollé una toalla en la cintura. Me sequé, me peiné y volví a la habitación para vestirme: unos vaqueros caídos y una camiseta básica blanca. Sonó el timbre. “Por los pelos” pensé. Bajé corriendo las escaleras.

- Cuidado, hijo.-dijo mi madre que estaba en la cocina.

- Buenos días, mamá.-saludé cuando pasé por allí y abrí la puerta.- Buenos días.-sonreí.- ¿Lista para las clases con el profesor Malik?

- Creo que no.-rio y la hice pasar.

- Mamá, estaremos arriba, ¿vale?

- Si ni siquiera has desayunado.

- No tengo hambre.-contesté y la indiqué que me siguiera por las escaleras, ella saludó tímidamente a mi madre y entramos en la habitación.

- Vaya, pensé que sería una leonera.-dijo dejando sus cosas en el suelo.

- Ya ves que no.-sonreí.

- ¿Y bien? ¿Cómo piensas hacer que esta cabecita se lleve bien con las mates? –preguntó sentándose en una silla. Cogí otra para ponerme a su lado.

- Tengo mis métodos, ya te lo dije.-me acerqué un poco más a ella. La verdad es que me moría por volverla a besar. Mordí levemente mi labio inferior mirándola.

- ¿No me vas a decir cuál es? A lo mejor no me gusta.-sonrió mirándome.

- Es el método “haz un ejercicio bien y tendrás un beso”-susurré.

- Oh, empecemos entonces, necesito acertar uno cuanto antes.-dijo riendo antes de besarme en la mejilla.

Estuve toda la mañana enseñándola cómo hacer los ejercicios para que pudiera al menos aprobar aquel examen. No me había mentido cuando me había dicho que no se llevaba bien con las matemáticas. Se la daban realmente mal pero bueno, al final de la mañana conseguí que hiciera bien todos los ejercicios.

- ¿Qué vas a hacer esta tarde? –pregunté apoyándome en el marco de la puerta.

- Iré con las chicas a casa de Bec, tenemos que terminar con los disfraces.

- Vaya, yo pensaba llevarte a algún sitio.

- Tendrá que ser otro día.-sonrió.- Me voy, mi madre estará esperándome para comer.

- De acuerdo, mañana nos vemos entonces.-se inclinó levemente para quedar a mi altura y fui yo el que la besó esta vez.

- Hasta mañana.-sonrió y caminó hasta su casa.

En realidad aún no sabía qué éramos ella y yo, ni siquiera se lo había preguntado. ¿Amigos? ¿amigos con derecho a roce? ¿novios? Estaba seguro de que lo primero no era, los amigos no se besan. La pregunta era qué quería yo que fuéramos. Y la verdad es que no tenía ni idea, yo solo sabía que cada vez que estaba con ella, las ganas que tenía de besarla eran impresionantes, que si estaba cerca de mí no podía parar de sonreírla y que cada vez que me rozaba o me miraba, algo dentro de mí se revolvía.

¡Hola! Aquí otro capítulo. Siento la tardanza, de verdad, pero me ha costado mucho escribir este capítulo... u_u Subiré en cuanto pueda. 

Love, 

Sarai.